Homenaje a Alberto Valente
V
María Alicia Pino
María Alicia Pino, alias
Malicia, es Editora General de la Revista Co.incidir y de Editorial Co.incidir
y Co.incidir Sin Fronteras. Comunicadora Social, Redactora Creativa, Diplomada
en salud y desarrollo personal, poeta y amiga del azul, la esperanza, la
alegremia y la amistosofía.
Amiga de Alberto de puro
co.incidir. Lo conoció en Isla Negra, en uno de los encuentros de la Esperanza.
De allí no paraban de hablar por video llamadas, sobre todo cuando Alberto
estaba en algún cafetín de Barcelona o B. Aires, tomado su café con malicia.
I
Alma cantando sobre el mundo
Limpia la tristeza de esta mañana
Besa las lágrimas de todos
Entendiendo más que nunca al misterio
Reparador de incertidumbres
Temprano como los pájaros vuelan al día
O el sol entra al universo
Vuelves a la creación primera
A abrazar la razón de tu propia existencia
Liberando lo ya comprendido
Eres el amigo hermano que va adelante
Navegando el mar que nos aguarda
Toma ahora el timón que nos sostiene
Espera también nuestro retorno.
II
No llegaste al final de agosto.
Te guardaste como las semillas de invierno que germinan la estación de la nueva
vida. Nadie ha muerto acá. Yo me elevo hasta más allá de las nubes que hoy
inflamas de ternura. Me elevo hasta el secreto, hasta la distancia de los
pájaros. Me miras con esos ojos siempre húmedos de asombro.
Mira nuestros pies, llegan
justo a la altura que necesitamos para comprender. El Mati viene hasta nosotros
y trae el perfume de las flores del misterio. Sigues emocionándote, Alberto,
todavía te desborda el amor. Ahora somos tres con los pies colgando la cabeza
de Dios, ese señor silencioso que come sustancias que roba del kiosko de la
esquina de la eternidad.
Una pregunta, Alberto, ¿los
conejos rosados tienen la nariz entumecida o pusieron sobre ella los luceros
matutinos? ¿El canto de las raíces sobrepasa el hemisferio poniente? ¿La tierra
es redonda o nos siguen engañando? ¿Cuántos días tiene el segundo de la muerte?
Quién dijo que te habías
muerto. Nadie sabe que las nubes son escaleras de humo. Yo tengo un barco
invisible que navega universos de éter azul. Todos creen que saben. Imposible
saber si no has subido a la nube de fuego. Imposible. Primero tienes que
esfumarte en aroma de rubíes, luego saltar los negros agujeros hasta llegar a
dibujar llamas de pelos largos, como las que tenía el Lucho, esas que salieron
una tarde corriendo hacia el sol. Nunca más aparecieron. Dicen que se
convirtieron en ángeles que cuidan las coincidencias. Lo mismo dicen de ti. Yo
no lo creo. Te guardaste de semilla de invierno para germinar en la estación de
la nueva vida. Todos creen que saben. Nadie sabe si no han visto salir
corriendo a los pájaros recién nacidos de su nido en el huerto mío que ya no
existe. Nada es para siempre, excepto las semillas de invierno que germinan en
la estación. Llegaste al final de agosto antes que nosotros. "Los pájaros
no viven en el tiempo, no viven en el tiempo, porque vuelan, porque están
volando". Llegaste al final de Agosto de un salto al círculo de oro, al
agua imaginaria, a la poesía de fuego, a esa idea que nos ronda en los sueños,
a ese sueño que nos hace Co.incidir.
Bienvenido amigo hermano a la
edición que hoy navegas las moléculas, lienzo binario, eco multiverso, tú y tu
esperanza. Bienvenido a Co.incidir 54, que te extraña.
Malicia
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