La Amistosofía y el Arte de la
Amistad 13
El Fantasma de la Humanización.
De “El Fantasma de la Humanización” Ed Tralcamahuida 2013.
Un fantasma recorre un mundo donde parece
andar, con prisa inaudita, la densa
realidad del consumo, el poder
y el deslumbramiento por las innovaciones tecnológicas.
Es el fantasma de una nueva mirada
y una nueva forma de vivir, convivir y apreciar
la existencia.
Es el fantasma del Cuidado y es el fantasma de la Amistad.
Es el fantasma de la
transformación, la del intervenir en la
evolución, del asumir el paradigma de la
coexistencia activa, de la integración, de
la complejidad, de la salud integral, de la educación integral, de los
derechos y responsabilidades integrales,
de la integración de la ecología ambiental, la social, la subjetiva, la del
yo…la del desarrollo de lo más humano de
lo humano.
El fantasma de hacerse cargo de
nuestra identidad como especie, de seres finitos con vocación por cooperar con la vida, de
especie que vive el cuidado.
El fantasma del llegar al yo-tú,
al diálogo de confianza en la
coexistencia, en el ser iguales y diferentes, en el encontrarse y
complementarse.
El fantasma de la amistad
profunda. El fantasma del Cuidado.
Es una inquietud, es un anhelo que
empieza a vislumbrarse porque cada vez son más quienes buscan, quienes
empiezan a caminar, muy resueltos
o a tientas, por sendas de cambio,
a través de la ciencia o la
filosofía, del espiritualidad, lo poético o la acción social.
Hay quienes han llegado a la conciencia y la práctica de
una misión: trabajar por hacerse dignos
de la condición humana, por su
desarrollo y por favorecer el desarrollo de otros, por asumir la misión de cambiar el paradigma vigente. Por llevar los anhelos, los sueños, a la realidad.
La tarea incluye el aceptar que se trata de una minoría avanzada, crítica
, realizadora y propositiva.
Una minoría con trayectorias muy
presentes y una minoría que debe enfrentar
la realidad de que el sentido común dominante sigue siendo otro, individualista, de miras
estrechas. Incluso, en parte en los cercanos. Incluso, en cierto grado, en
quienes dedican su vida al cambio de la vida y de la conciencia.
En
la resistencia alemana en tiempos del nazismo se repetía una palabra de un texto de Rilke: resistir.
Ese resistir se llama, hoy , de
diversas maneras. Una de ellas , una forman de resiliencia, es dialogar.
Dialogar dentro de cada persona, con las relaciones
significativas,
con las personas agrupaciones y tendencias cercanas .Y con las que no son tanto.
Dialogar ,
es decir llevar a la práctica el nuevo
paradigma, aquí y ahora .
Dialogar, ir haciendo
difusas las fronteras dentro y
fuera de la minoría, muy diversa, que
cree y vive desde las perspectiva que está en los anhelos de muchos. La
perspectiva que todavía es un fantasma.
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