EL Arte de
Vivir 108
LA DISPONIBILIDAD
COMO ESPIRITUALIDAD,
ACCION SOCIAL Y SALUD (2)
La
Disponibilidad 2
2.El estado de salud-enfermedad de la
humanidad actual.
El desarrollo de la salud, de las
capacidades del ser humano, ha sido brillante y acelerado hasta lo increíble
pero parcial, desgarrado.
Alguien desaparecido hace cien años, es
decir nada en los dos millones, 50 mil o 5 mil años de la historia del ser
humano, según que línea divisoria establezcamos, alguien que hubiera conocido
bien el mundo, no podría salir de su asombro ante la reducción de las
distancias y la uniformacion de los estilos de vida. Le seria muy difícil sentirse familiar con la
computadora y el telex, la información inmediata sobre cualquier lugar de la
tierra, la ruptura de los limites de la gravedad, de la intimidad del átomo, de
la célula orgánica y del inconsciente.
La misma persona, e incluso otra
desaparecida hace 2 mil años, no vería, sin embargo, grandes diferencias en las
relaciones entre los seres humanos o en
la dinámica de sus emociones individuales.
No le extrañaría demasiado la agresividad, la codicia, la ansiedad, la
competencia, la estrechez de miras generalizada.
Esta
fantasía nos llevo a señalar una distorsion en el desarrollo de la humanidad,
un desfase. La bullente, dinámica,
acción sobre las cosas, en revolución permanente, ha primado sobre un cambio
potencial del ser humano, consigo mismo y con los otros. Esta transformación ha sido lenta, tal vez
imperceptible, en la escala de estos dos milenios.
En las relaciones con la naturaleza, las
cosas, la tecnología, las creencias objetivas, hay autoria, manejo certero y, a
la vez, explosivo, rapidisimo. En torno
al tema del propio ser humano, existe autoritarismo, miedo a lo humano,
encierro en los bordes de las relaciones de dominación, de lo solamente
objetivo, lo externo, de los prejuicios, de los grupos con que cada uno se
identifica.
Interpretamos esta enfermedad colectiva,
esta patología del desarrollo, como una expresión infantil de una búsqueda de
seguridad en el dialogo previsible con las cosas, en desmedro de la apertura a
lo originario, abierto, irrepetible, de las relaciones humanas significativas. El ser humano se tiene miedo a sí mismo y,
sin embargo, confía en sus relaciones con las cosas.
Falta
asumir mas plenamente la contradicción debilidad-grandeza del ser humano. En el corazón de ella puede encontrarse una
posibilidad de acceder a la salud, de identificación colectiva, humano con
humano, capaz de contribuir de dejar atrás el autoritarismo, la infancia
colectiva, y hacerse cargo del proyecto humano global, la creación de una
realidad humanizada, mas allá de la mera producción de objetos o informaciones.
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