El Arte de Vivir 103
La ecologia del yo y el
coraje de ser .(25)
El Ser,el hacer y
el tener (6)
Hay un Mito de Mesopotamia que abre caminos en las conversaciones
sobre el Coraje de Ser. Es el Mito
de Adapa.
Desde el sentido común actual,,se hace una fosa divisoria entre la valentía y el
miedo. O se centra la atención en
exaltar la valentía, o en descalificar el miedo.
No es habitual la integración de un
comprender nuestra vulnerabilidad y , al
mismo tiempo, asumir nuestra responsabilidad de actualizar nuestras potencialidades y acercarse
a nuestros límites. Desarrollar la comprensión del miedo y ampliar, enriquecer la aptitud para hacer frente a los peligros y para identificarse con lo humano, con el desarrollo de lo humano.
El mito de Ícaro
apunta al valor de aceptar la finitud, de discriminar entre lo valiente, en ese
caso volar un largo trecho sobre el mar con alas de pluma y cera, y el ser
temerario, omnipotente, como fue el que Ícaro volara hacia el sol.
El mito de Adapa, de la cultura
de la antigua Mesopotamia, pone de
relieve algunas dimensiones de la valentía y de su límite con la temeridad. Se
encomia el valor, la valentía de asociar
el compromiso y el desapego.
Adapa era un tipo
especial de héroe, un benefactor, educador de su pueblo. Con ascendencia divina, protegido del Dios Ea, era , sin
embargo, un humano, un mortal.
En una ocasión, de
pesca por el golfo pérsico, se desencadenó
un viento terrible y , a pesar de
todos sus esfuerzos, su bote naufragó. Indignado, Adapa golpeó al viento, el
Dios causante de su desgracia .
Para algunos, la
consecuencia fue la fractura de un brazo, para otros un traumatismo encéfalo
craneano del personaje divino Los testimonios
son muy dispares. Donde coinciden es en la consecuencia: Anu, el dios supremo,
requirió la presencia de Adapa, acusado de golpear a un Dios.
Adapa no vaciló un
instante. Partió a dar su testimonio. Lo
llevó a cabo con absoluta humildad y honradez . Anu, impresionado, quiso
hacerlo Dos y, para ello, le ofreció los alimentos correspondientes. Adapa, muy puesto
en su proyecto humano, desapegado, rehusó, con toda la cortesía del caso y retornó a la tierra, a su ciudad,
a seguir educando, compartiendo sus
nuevas experiencias, al compromiso. A su proyecto. Mostró coraje de ser humano,
coraje de ser.
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