Publicaciones Personales (5)
El principito, la principita, el aviador
y llala salud en el País de las Posibilidades
(5).
Onceava Escena(Final
ONCEAVA
ESCENA
La princesita, Monsieur
Antoine, el baobab
Imaginemos…
Será, será una vez…
El baobab, estaba perplejo; el viento, sin
palabras. El color verde se fue para adentro. El Principito era el niño dentro
del aviador. La relación entre las dos rosas y el aviador se desvaneció en el
misterio
_ Cuando… _ la Princesita miraba alternativamente
al niño aviador y al baobab _ …
cuando quedé sola, me encontré con el dilema siguiente. Yo quería vivir, pero
la vida parecía carecer de sentido. Pensé en buscar una meditación. La cita de
Neruda: “El pétalo se extiende y no llega a la Rosa”, me había puesto en el
camino de intuir la necesidad de ir al sentido de lo que me ocurría en mi
relación con el Principito: inseguridad, deseos de jugar, veleidades… toda una
hojarasca. En el fondo, la unidad era, es… el Amor.
Ahí estaba en la salud. La salud que trasciende
lo efímero. Profundizando me encontraría luego con Novalis y su mirada a la
poesía como la medicina trascendental
En esa instancia necesitaba centrarme, no le
encontraba sentido a la vida, amaba al Principito… amaba una vida… amaba la
vida
Así, a la
ida del Principito, me encontré meditando, abriendo camino al asombro, con la
frase de Dostoievski: “Amar más la vida
que el sentido de la vida…”
_ Al sentir que no te encontraba_ empezó a decir
el aviador, mientras el baobab se retiraba discretamente a ser un árbol _ yo
escribí “El Principito”.
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