Publicaciones Personales (4)
El principito, la principita, el aviador
y la salud en el País de las Posibilidades
(4).
Tercera Escena

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El
Principito tiene una gran sorpresa a la llegada a su planeta.
Imaginemos…
El Principito, cercano a las preguntas más
profundas, a las transformaciones más
radicales, al misterio, experimentó la escena como si el cuerpo se le volviera un puro corazón asombrado.
Abrió los ojos en su planeta y sintió de inmediato el rumor de una sonrisa.
Allí, apoyada en un esmirriado baobab, la rosa lo miraba, dulce, amorosa,
comprensiva, con todo el tiempo del planeta por delante.
¿Era la rosa? Era una muchacha de mucho encanto,
era también la única rosa que lo podía domesticar.
_ Nos entendimos con los baobabs_ dijo ella, queriendo introducir un tema sin demasiado
tenor emocional con el objetivo de establecer una posible comunicación cercana
a lo cotidiano que los ayudara a asumir
sin tensiones la nueva situación.
_ ¿Te ayudó la serpiente? ¿Intervino el zorro?_
preguntó él, en un golpe de intuición.
_ También participó el piloto_ contestó ella,
dando por sentado que podían situarse en
la magia compartida.
_ El piloto va a venir_ dijeron los dos,
extrañamente al unísono.
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