Elogio del Asombro12
Unamuno
habló del” sentimiento trágico de la vida.” Queremos vivir y enfrentamos la
muerte. Ese sentimiento viene, naturalmente, después de un sentimiento mágico,
de aventura sin parámetros, de utopía. Buscamos la utopía y ya la tenemos, no
estamos en realidad en nada definido, absoluto. Un planeta no es un dato
epistemológico, existencial ni ontológico. La muerte, la finitud, es una parte
“trágica” de esta magia. También lo es la razón, la habilidad, los logros del
homo habilis. Nuestro primer hábitat es la magia, el asombro, la utopía.
En la
consideración mágica entran los otros, están los otros, los humanos, nuestro
compañeros existenciales; tiene presencia un horizonte de complicidad con el
ser. Junto con los otros seres humanos, estamos aquí, somos testigos, tenemos
una invitación a intervenir, inter-venir, juntos, en el espacio, la materia, el
tiempo, las conciencias...
No hay
salud completa, no hay educación de verdad, con represión de lo propio.
Necesitamos aire, proteínas, cierta temperatura, equilibrio entre la vigilia y
el dormir, también sueños, compañía, comunicación y... contacto con nuestro
referente existencial, con nuestras preguntas, con el misterio.
Los
problemas de desarrollo de conciencia no tienen sólo alcances en la familia
o en el aula, en espacios
individuales o de pequeños grupos. Hoy,entran en la política mundial. Forman
parte de la crisis. La soledad, las drogas, la violencia, la desconfianza en la
política, la corrupción, el abuso, la pobreza, la devastación ecológica,
reflejan actitudes, maneras de ser dominantes. En el centro está el
desequilibrio habilis – sapiens. ¿Suficiente sapiens para poder ser habilis,
individualistas, sin perspectiva imaginativa? ¿Sapiens como para integrarnos en
una perspectiva humanizadora y con la capacidad “habilis” de llevarla a la
práctica?
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