Para Fábulas y
Para Mitos 33
El Nacimiento de los Cíclopes
Urano
y Gea no conversaban mucho. Madre e hijo
y, al mismo tiempo, pareja… Relación
germinal, asiento de un primer
balbucear acerca del lento camino para
ir avanzando desde el caos hasta una nueva unidad, hacia el micro
cosmos, hacia lo humano.
Lo
humano poético
Urano
, el cielo inmenso, sólo cubría, a
Gea, incesante, irredimible. Un amor de
trueno y luz cegadora sentido hasta en
los confines del cosmos.
Sideral, energía pura, nacían
los hijos, dioses y gigantes y Urano ,
insensible, los escondía en el seno de Gea, la tierra.
Confusa,
sufriendo, Gea vacilaba.
El
Amor, el primer Eros, vidente, le aconsejó. “El destino lo ha definido.
Para llegar al ser humano de verdad,
inevitablemente a través de muchas generaciones,, debemos confiar en Cronos,
el tiempo, tu hijo menor.
El
neutralizará a su padre
Después,
el problema será el propio tiempo,
habrá que apoyar
a tu nieto Zeus, constructor de
sentidos. Allí deberás contar con tus hijos gigantes,
los de un solo ojo, los tres cíclopes.
Los
humanos necesitarán verse y entenderse, comprenderse y explicarse…llegar a
un sólo ojo. Los cíclopes deberán estar del lado de Zeus, de la evolución , aportando con su mirada única, la intuición y la razón , el afecto y la
espiritualidad
Para
eso les ayudará su contextura de
gigantes, el hecho de contar con el rayo. Con la gran luz, Con lo instantáneo. Con ese don de detener el tiempo de una sola mirada.
Gea
miró al tiempo con dos miradas, lo vió y lo entendió.
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