De post modernos a post
egóticos 30
Las corrientes
esperanzadoras 11
La alegría- la alegremia
La alegría es
insepatable de la esperanza. Hoy es la gran corriente que da aliento,
confianza,esperanza…a la Internacional de la Esperanza.
Es apropiado introducirla
con palabras de su líder natural
Alegremia es una palabra nueva que surgió en conversas con doñas campesinas
aquí, en este hermoso norte argentino. Significa literalmente “alegría que
circula por la sangre”.
La terminación “emia” se utiliza en Medicina para indicar valores de sustancias
químicas que se miden en sangre (por ejemplo, “glucemia”, glucosa o azúcar en
sangre; “colesterolemia”, colesterol en sangre)
Se dice que la medición es normal cuando se halla entre dos valores, uno mínimo
y otro máximo.
“Normalidad” es un concepto estadístico obtenido realizando mediciones a una
población supuestamente homogénea. Un ejemplo: para determinar peso y altura
“normal”, se pesa y se mide a personas de la misma edad y sexo. Distribuyendo
los valores registrados, se obtiene la “curva de normalidad” conocida también
como “campana de Gauss”, en homenaje al matemático que la descubrió.
Se determina matemáticamente lo que se llama “desvío estándar” a izquierda y
derecha del valor medio. El área que queda comprendida entre los valores mínimo
y máximo, es lo que se llama “normal”.
La Medicina Preventiva procura que las personas se mantengan dentro
de “parámetros normales”, lo cual es sinónimo de “salud” para esta concepción.
Se ha fijado la idea de salud como un “estado de normalidad”, es decir
algo estático e inamovible. Lo que se desvía de esa “normalidad” se considera
enfermedad.
Nos permitimos cuestionar este concepto.
Por una parte, niega la singularidad de cada ser y se excluye infinidad de
variables. Y muchas otras, por ser de carácter cualitativo, son imposibles de
medir.
Por otra parte, es poco frecuente que estas mediciones se realicen en los
ámbitos locales. Lo habitual es que estos modelos de comparación se han
construido mediante estudios realizados en grandes centros o en otros países.
Es necesario aclarar que esta lógica médica forma parte de una lógica cultural
que ve, juzga y etiqueta a las personas y comunidades comparándolas con modelos
preconcebidos como “normales”
Todo lo que se desvía resulta raro o anormal lo que a menudo genera actitudes
discriminatorias hacia personas diferentes, de otras culturas, de otras
capacidades.
Afortunadamente nos hemos encontrado, en nuestro dialogar con pueblos
originarios y comunidades campesinas, con otras maneras de entender la Vida y
la salud. De ellos hemos aprendido que la salud se puede percibir cada vez más
saludable, sin valores mínimos ni máximos.
De esta sabiduría popular surge la propuesta de considerar a la Alegremia como
indicador de salud personal y de salud colectiva. La Alegremia, a igual que la
Vida, no tiene límites.
Concebir la salud como Alegremia y no como normalidad, es superar las
relaciones de dependencia y sumisión para asumir valientemente la libertad y
recuperar el sentimiento de pertenencia a la Vida.
La Alegremia jamás se podrá cuantificar ni controlar, ya que expresa la alegría
que bulle por nuestro torrente circulatorio evidenciándose en luminosos rostros
y con estrellas en los ojos.
Julio Monsalvo
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