De David
Molineaux
La Introducción
a la segunada edición(por ahora virtual) de su muy concido y querido libro
Polvo de Estrellas
¿Quién no ha
tenido la experiencia de salir en una noche despejada, tal vez en el campo o
cerca del mar, y quedarse atónito frente al espectáculo de las innumerables
estrellas que brillan en el cielo?
Aquí hay
algo universal. Lo mismo sintieron
nuestros padres y abuelos, los marineros y solitarios pastores del mundo
ancestral, y los pueblos indígenas que durante miles de años habitaron el
territorio americano.
También los
primeros humanos, hace decenas de miles de años, se emocionaron profundamente
al contemplar el cielo africano.
Podríamos afirmar, incluso, que llegar a sentir el asombro frente al
misterio del Universo era una clara muestra que nuestros ancestros habían
dejado de ser simios pre-humanos: ya se habían transformado en hombres y
mujeres.
Los humanos
originarios intuían que estos sentimientos no eran una mera invención humana:
reflejaban la profunda sensibilidad que está presente en todo el Universo. Los mayores enseñaron a sus hijos a cultivar
estas emociones grandiosas, y a abrir sus corazones a la hermosura del Cosmos que
los rodeaba.
Un fruto de
esta fascinación ha sido la ciencia.
Hace unos cinco mil años, el esfuerzo humano por entender el misterio
del cielo nocturno llevó a la creación de las primeras matemáticas y a la
observación sistemática de los fenómenos celestiales. Hay muchas estrellas que llamamos todavía por
sus nombres árabes, e incluso algunos cuyos nombres se originaron en la
antigüedad Persa y Mesopotámica.
Poco a poco,
aumentaron nuestros conocimientos. Pero
fue un largo camino: quinientos años atrás, la gente pensaba que el Sol, los planetas
y las estrellas daban vueltas a la Tierra, y que nuestro planeta era el centro
del Universo.
En los
últimos siglos, sin embargo, ha ocurrido una revolución en la conciencia
humana. Hoy en día, gracias al trabajo
de pioneros de la ciencia como Copérnico, Galileo, y Newton, todos aceptamos
como un hecho la idea que la Tierra da vueltas alrededor del Sol, y que nuestro
Sol es una estrella más entre miles de millones de otras.
En el siglo
XX hubo una nueva revolución en la ciencia, asociada a los nombres de grandes
pioneros como Albert Einstein y Edwin Hubble.
Gracias a su trabajo, somos la primera generación de la historia humana
que tiene un relato empírico del origen y desarrollo del Universo.
Así empieza el libro Polvo de estrellas, recién subida al internet y disponible gratis
para cualquier lector. El tema de este
volumen, de menos de cien páginas: nuevas perspectivas científicas sobre el
universo, la vida en la Tierra, y los orígenes humanos que han surgido en el
último siglo. A partir de ellas se está
transformando nuestra cosmovisión, ofreciendo una nueva forma de entender no
solo el mundo natural sino a nuestro papel humano en el cosmos y en la tierra
viviente.
Se puede bajar de la Web con el siguiente enlace: http://latinoamericana.org/2017/info/docs/MolineauxDavid-PolvoDeEstrellas.pdf
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