De post modenos a post egóticos 4
El misterio esencial
El vacío en la embriaguez por el cambio tiene, sin
embargo, una dimensión más esencial. Estamos entrando a maravillarnos de las
complejidades de la física sub atómica, de la dinámica de la base de la vida,
la herencia y la consciencia.
Extraordinaria como es la complejidad de lo
que nos es actualizado, presente, objetivable, en el cosmos, en la Tierra, en
la Vida, en la Humanidad, hoy, como en los albores de la humanidad, com-
partimos la vivencia del misterio. Leibnitz, Schelling, Heidegger, cualquier
niño que no es reprimido en su tendencia natural a las preguntas, la conversación
de los adolescentes abiertos, llevan al enigma básico de los orígenes, por qué
hay ser y no más bien nada...
Los cambios veloces, pródigos, sorprendentes, se
dan en una reali- dad, en la percepción del ser humano que tiene muchas
narraciones hermosas sobre el fundamento de todo, pero que, cuando vive en la
hondura existencial, entra a las pregunta básicas, al asombro, a la emoción
fundante de la filosofía, la poesía, la ciencia, la espiritualidad ...
El asombro existencial, metafísico, nos recuerda
que todos los cam- bios que deslumbran nuestra cotidianidad son los propios de
quien hace innovaciones cosméticas en su cuerpo, y su entorno, de quien puede
olvidar que somos allegados, que no hicimos al mundo. Con la más certera
simplicidad nos lo recuerda la Mafalda cuando se queja de que “justo a mi me
tocó ser yo”...
No cambiamos las leyes de la física, el elan de la
vida, estamos sumidos en una trama de misterio, de metafísica, viviendo como en
isla con lo “circunvalante”, más allá nuestro.
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