Actualidad
Escribe David Órdenes
Educador comunitario
Unirnos a la Internacional de la Esperanza, con alegremia y
Amistosofía.
Este fin de semana pasada, nos
reunimos cerca de 80 personas a compartir la amistad y la alegría en la
perspectiva de seguir co – construyendo un Buen Vivir para todos y todas los
seres vivos que habitamos esta Madre Tierra.
Personas de diferentes latitudes
y experiencias hemos llegado hasta Cochabamba para dar continuidad al
intercambio, a compartir las certezas, pero a la vez seguir preguntándonos y
buscando formas de convivencia que nos permitan socializar la vida bonita, la
vida alegre y la preocupación de unos con los otros/as.
El cierre de la declaración de
este encuentro lo sintetiza de esta manera:
Somos un círculo, dentro de un
Círculo
Sin Inicio y Sin Final
Que todos Vayamos Juntos
Que Nadie se quede Atrás
Que a Nadie le falte Nada
Que todo sea de Todos los seres
Ponencias cortas con dialogo
compartido, talleres diversos de experiencias de preocupación por nosotros mismos,
que tenían la misión de vivenciarlos y compartirlos a los demás. El saber para
todos y todas.
Niños y niñas compartieron con
nosotros. Madres de pequeñitas personas que de vez en cuando, entre las
actividades, amamantaban a sus hijos; otros que revoloteaban jugando y de vez
en cuando se sentaban al lado de su madre o padre a escuchar, a mirar lo que
decíamos los adultos/as; otras dos hermosas niñas que nos deleitaron con su
música de flauta; otro adolescente que nos dijo que hay que accionar la esperanza
en vivir entre nosotros la vida. Ellos y ellas estuvieron presentes para darnos
y compartir su existencia, su vida y el deber nuestro de acompañarles y de que
esta esperanza transformadora permita además pensar en las nuevas generaciones
que tienen el derecho de recibir una Madre tierra que es de todos/as y espacios
donde la vida esté presente.
Nos llamamos a seguir estrechando
vínculos, a seguir compartiendo las experiencias que se desarrollan en los
lugares donde vivimos y trabajamos; y a seguir creyendo que tenemos que co –
construir desde la potencialidad de las personas, recuperando a la Madre Tierra
y a todos los seres vivos del planeta en la convivencia armoniosa, amistosófica
y alegre.
Los niños, las niñas y los jóvenes se
llaman AHORA, por lo tanto siendo sujetos sociales y políticos tienen el
derecho a ser parte de la co – construcción de lo que vivimos, queremos y
hacemos en nuestro medio, en la realidad. Tienen el derecho a ser protagónicos
de este Buen vivir amable y armonioso que estamos viviendo entre todos y todas.
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