Para Fábulas y Para Mitos 8
Con el ritmo en
que avanza la tecnología…
FRANKESTEIN
Pensaba embrollado, oprimido corno si hubiera bebido un
crepúsculo malsano. Había gran consternación por el descubrimiento del
monstruo: el auto artificial. El quería entender. ¿No eran artificiales todos
los autos?
El "cosmos" era auto de probetas, de
combinaciones increíbles de cifras sin una sola laguna de magia, de
anfractuosidades viscosas al microscopio, de chispas de genio. Auto artificial.
Sin embargo ¿qué pensar de los autos comunes? ¿Hasta
dónde son ellos mismos? ¿Qué permanece de propio, con la influencia de los
padres, los talleres, las vías, las
luces, los anuncios, los reglamentos?
Movía sus dínamos, titubeaban sus luces, se
confundían sus frenos, cavilando, sin entender. ¿Por qué tanta preocupación por
el auto artificial?
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