La
complementariedad entre lo prosaico y lo poético 5
Hemos hecho
varios ejercicios en relación a la
mirada que advierte una
complementariedad entre lo poético y lo prosaico, más allá de las consideraciones de género y de la forma como
se da ele uso en el sentido común
Va como un ensayo introductorio al tema un texto del
teólogo Leonard Boff
Ser humano: poético y prosaico
Leonard Boff
(primera parte)
Uno de los más
inspirados poetas alemanes, Friedrich Hölderlin (1770-1843), dijo lo siguiente:
«El ser humano habita poéticamente la Tierra». Este pensamiento lo completó
luego un pensador francés, Edgar Morin: «El ser humano habita también
prosaicamente la Tierra». Poesía y prosa además de ser géneros literarios,
expresan dos modos existenciales de ser.
La poesía supone la creación
que hace que la persona se sienta tomada por una fuerza mayor que le trae
conexiones inusitadas, iluminaciones nuevas, rumbos nuevos. Bajo la fuerza de
la creación la persona canta, sale de la rutina y asume caminos diferentes.
Surge entonces el chamán que se esconde en cada persona, esa disposición
que nos hace sintonizar con las energías del universo, que capta el pulsar del
corazón del otro, de la naturaleza y de Dios mismo. Por esta capacidad se
descubren nuevos sentidos de lo real.
«Habitar poéticamente la
Tierra» significa sentirla como algo vivo, evocativo, grandioso y mágico. La
Tierra es paisajes, colores, olores, fascinación y misterio. ¿Cómo no
extasiarse ante la majestad de la selva amazónica, con sus árboles cual manos
tendidas hacia lo alto, con la maraña de sus lianas y enredaderas, con los
sutiles matices de sus verdes, rojos y amarillos, con los trinos de las aves y
la profusión de sus frutos? ¿Cómo no quedarse boquiabierto ante la inmensidad
de las aguas que penetran lentamente en la espesura y descienden mansamente
hasta el océano? ¿Cómo no sentirse lleno de temor reverencial al caminar horas
y horas por la selva virgen, como varias veces me tocó hacerlo con Chico
Mendes? ¿Cómo no sentirse pequeño, perdido, un bichito insignificante ante su
incalculable biodiversidad?
Habitamos poéticamente el
mundo cuando sentimos en la piel el frescor suave de la mañana, cuando
padecemos bajo la canícula del sol de mediodía, cuando nos serenamos al
atardecer, cuando nos invade el misterio de la oscuridad de la noche. Nos
estremecemos, vibramos, nos llenamos de ternura y nos extasiamos ante la Tierra
en su inagotable vitalidad, y al encontrarnos con la persona amada. Entonces
vivimos el modo de ser poético.
Lamentablemente son ciegos y
sordos y víctimas de la lobotomía del paradigma positivista moderno quienes ven
la Tierra simplemente como un laboratorio de elementos físico-químicos, como un
conglomerado inconexo de cosas yuxtapuestas. No, ella está viva, es Madre y Pachamama.
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