Con ánimo,
en un camino solidario,irán las dos última partes de una
Revista :
Co.incidir
19
Septiembre 2015
Séptima parte
Palabras
e imágenes donde se encarnan sentires amistosos,
deseos de diálogo entre quienes, transitando por caminos sociales, por puentes
interpersonales, por búsquedas interiores, por los rigores de la ciencia, por
desfiladeros filosóficos, por los horizontes espirituales, por senderos
metafísicos, por jardines poéticos, por
el compromiso con el juego de los niños… van anhelando y construyendo una cultura
de paz, de justicia, de armonía
con la naturaleza, de relevancias
del sentido.
“Protegedme de la
Sabiduría que no llora, de la Fiilosofía que no ríe y de la Grandeza que no
se inclina hacia los niños”
Khalil Gibrán
Redes y agrupaciones Co.incidentes
Un abrazo a algunas agrupaciones amigas
Saludamos
con mucha amistad y alegría a:
Las
Revistas
Insomnio, Monde Diplomatique, Occidente, Polis, Mensaje, Aquí Las Cruces, Iniciativa
Laicista, la Revista de Educación de Adultos y Procesos
Formativos de la Universidad de Playa Ancha,
la Publicación Periódica Reportaje a la Cultura Contemporánea de Oscar Román y
Silvio Roncone, las publicaciones virtuales Algarrobo al Día y Aquí Las Cruces. El diario
Crónica Chillán
¡A completar!
Las Editoriales
Lom, Cuarto
Propio, Ril, Tralcamahuida, Caballo de Mar, Ambos, Una temporada en Isla Negra,
Manual Ediciones, Primeros Pasos,
Ediciones Lolita y Eutopía
¡A completar!
Las
agrupaciones
Agrupación Cultural de Las
Cruces, las iniciativas Alegrémicas,
La Municipalidad y diversos grupos
de trabajo de Quillota
El Proyecto Aurora, la Casa Museo Pablo Neruda de Isla Negra,
Casa Museo La Sebastiana, Valparaíso,
La fundación Vicente Huidobro
de Cartagena, el Centro Huara de
medicinas integrativas,
Centro Índigo, Corporación
Arte y Ecología, El Canelo de Nos,
Instituto del Bienestar,
Las Coincidencias, Los Azules,
Artesanos de la Plaza Eladio Sobrino de Isla Negra,
Chile Inteligente, Centro de
Estudios para la Calidad de Vida,
Cons-pirando, Departamento de
Cultura del Colegio Médico de
Rancagua, del Departamento de Cultura
del Colegio Médico de Santiago,
Instituto del Pensamiento
Complejo, Líderes Culturales,
Poetas del Mundo, Matices
Grupo Sueños (de médicos
poetas), Universidad de Chile,
Universidad de Valparaíso,
Usach,
Yohanan (Centro de Medicina
Antroposófica)
La Nave Imaginaria de Isla
Negra
Grupo La Runfla, Grupo
Matices,
Grupo Educación para el
Desarrollo Humano
Grupo Desarrollo Espiritual,
de Pucón, Grupo Paranormales,
Programa Hermandad Literaria,
Comunidad terapéutica de
Peñalolén,
Centro Arqué,
Centro Tremonhue,
Taller Literario de Adulto
Mayor, La Mampara,
"Academia de Estudios e
Investigación Complexus Edgar Morín. AEICEM"
Proyecto de agrupación de
médicos escritores latinoamericanos
Amistad Esquina de Pocuro con
República de Cuba de Santiago, Grupo de
Gerontología del Hospital Piñero de
Buenos Aires.
¡A completar!
¡Ayúdanos a completar, a ampliar la red de
Co.incidir!
Envíanos tus redes co.incidentes, nombres de
grupos, revistas, agrupaciones, centros, etc. Tenemos que propagar la gran red
co.incidir por todo el mundo, propagar la gran co.incidencia de co.incidir en
ver un mundo más azul.
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Luis Weinstein
OPTIMISMO HUMANIZADOR Y MIRADA INTEGRADORA
Carmen Ibarra en la Casa de las y los líderes integradores
(Prólogo del
libro de Carmen Ibarra El Cuerpo, mi
Casa)
C
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omo en
una caja rusa, nos situamos en casas que están
unas dentro de otras. Carmen destaca la Casa íntima, entrañable,
inseparable, la que indudablemente no
podemos dejar de confundir
con nosotros mismos. Es nuestro
cuerpo.
Nuestro cuerpo, a su vez, vivo dentro de nosotros, con nosotros,
en los lazos significativos, en la naturaleza, en el universo, en el
multiverso, en la existencia, en la
trascendencia y su misterio.
Así,
empezamos la lectura con una gran señal
fraterna. La tentadora, esperanzadora, la que nos acompañará en toda la
lectura. La que nos decidirá a
tener este libro cerca de
nosotros, como otra casa amigable, en el
dominio del vivir diario, el del proyecto de vida, el de la opción por la
salida del laberinto que rodea la
vida actual.
Vivimos siempre con el desafío de integrarnos. Ello es, por cierto, un
imperativo ético, una exigencia de salud integral, una tarea de sobrevivencia.
Es la
hora de reconocer nuestras casas, partiendo de la Casa del
Cuerpo. Del cuerpo propio y el de las otras y de lo los otros, del cuerpo de la
humanidad, del cuerpo de la vida.
Vivimos
una crisis de sentido. Pasivos, navegando
inconscientes en el consumo, en la separación con el mundo y
con las otras y los otros, con armamento nucleares capaces de dar muerte a toda
la superficie del planeta y a su más conspicuo habitante , en conflicto con la
naturaleza, con guerras y violencias
fratricidas, con la desigualdad en peligrosísimo aumento, con la evasión en las drogas, con una
pérdida de sentido en medio del fervor y la hipnosis de la sumisión a
las ofertas de una espectacular
innovación tecnológica en viscosa unidad con la trivialidad y el mercado, vamos
sintiendo un gran vacío, se empieza a percibir, difusa , no integrada, casi sin
cuerpo, la necesidad de reexaminar la historia de la especie, de asumir que
somos homo habilis y no homo sapiens, de tomar conciencia de nuestra
complejidad, de nuestras posibilidades y de nuestros límites.
Es el
tiempo de ahondar en quienes somos y de cómo podemos evolucionar, empezar a colaborar con la
vida, a completarnos, a dejar el narcicismo de especie, a asumir
nuestra responsabilidad de seres conscientes.
El
proceso ya ha empezado, surgen corrientes e individualidades de científicos, de
activistas sociales, de movimientos espirituales, miradas holísticas en salud y en
educación, emerge la reinvindicación de la poesía…
Sin
embargo, el tiempo apremia. Las iniciativas críticas o innovadoras tienden al
aislamiento, a la indiferencia o a la
descalificación del otro, por más afín que sea.
Este
libro no tiene una retórica de la
integración. De la alarma ante la
crisis, de la auto promoción. Vive su
propuesta, ella está en su cuerpo, lo vive como
casa propia.
Aquí,
encontramos la nutrición, con fundamentos y
con precisión, de la prosa y la intuición y la sensibilidad de lo
poético, incluso su actualización mediante versos que debieran perdurar.
Este libro sitúa la perspectiva, el aporte
personal de Carmen de Gimnasia Pilates integral, en consonancia, en amistad, en casa común con la
historia de la relación con el cuerpo y con su vasto panorama vigente
de orientaciones y de propuestas operativas.
Es, además,
un libro orgánico…Se lee, se siente detrás suyo, consigo, años de
experiencia, de trato con
diversas miradas y prácticas. Metabolizando, eligiendo,
creando un aporte personal, con
perspectiva y bien asimilada visión de conjunto.
Detrás
de la obra está un espíritu personal. Carmen habla de un optimismo biológico. Ella lo tiene.
Está escrito con sangre, como le
sugirió Arístides Rojas. Con esa
sangre del cuerpo propio y del cuerpo
de lo humano en su búsqueda de evolución, con la sangre del compromiso y
del amor a la vida.
Gracias,
Carmen por este libro para plantar, para que luzca sus flores y sus
frutos, para enraizar,
para que dé muchas semillas en la tarea y el goce de reivindicar la
relación con el cuerpo, de escucharlo,
de guiarlo y de aprender de él .
Gracias,
por este ejemplo de apertura a la
sinergia con quienes, desde diversas perspectivas, están, consciente o
inconscientemente, en la tarea de la
formación, de la transformación, de la
integración, para convertir la crisis universal en oportunidad para llegar a un
desarrollo humano que milite en la vida.
Gracias
por tu optimismo tan ecológico: biológico-psíquico-ético-social-poético –
espiritual.
LA FORMA Y EL
ACERO
(Para Cristina
Pizarro y sus esculturas de
Acero)
Ella y él se presentían:
la Forma
en nostalgia de permanecer
Acero,
soñando rostros transeúntes.
La Creadora,
cobijó,
profundo,
las dos miradas.
Bailando,
lunas libres,
nacieron las esculturas.
Hablando de la Egoemia
Entre las informaciones difundidas por el antiguo agente Raiinden,
se encuentra estas conversaciones, captadas con un extraordinario sigilo.
Hablando en la Real Academia Española(RAE)
Señor de gafas oscuras con una
cadenita de oro:
“En una revista virtual se está usando la palabra egoemia”
Risas en la sala.
Un señor de levita oscura se levanta indignado
“Es inadmisible, es una idea mía,
está en mi Diario”
Cambia el clima de la reunión.
Desaparece todo asomo de hilaridad. Se siente como se confunden la ira y la
consternación.
Hablando en una reunión clínica en la Universidad de Harvard
Se está presentando a un enfermo con una
anamnesis próxima y remota, un examen
físico y una batería de exámenes de
laboratorio muy completos. Muy bien centrados. Muy orientados
hacia la evidencia.
Un alumno pregunta, con
timidez, ¿Y…cómo anda la egoemia?
“Los payasos para
fuera”, responde el profesor, totalmente
fuera de sí, aquí estamos en algo serio.
Hablando en un encuentro de
personas supuestamente muy
próximas a la iluminación.
Una joven muy cercana al maestro: “Me
pregunto si nuestra atención al ego no nos arrastra, a veces, a no encaminarnos
en una ecología del yo abierta a
compatibilizar el amor y el desapego… la individuación y la visión universal…
El maestro la mira con distancia, sin
disimular un dejo de decepción y cansancio.
Un ayudante se apresura a
interpelarlo y dice; “es una pregunta desde el ego.”
Otro
no se retiene y dice: “sí, si
existiera el examen ella
tendría la egoemia bien alta.”
La joven lo mira, y llorosa y dejando
la sala, dice: “sería bueno que
todos pudiéramos medir
nuestra egoemia”
EL ENEAGRAMA Y LA FORMACIÓN PARA ENFRENTAR LA CRISIS DEL DESARROLLO
HUMANO
Del libro
Los mundos del Eneagrama
Miradas desde Chile
Mariana
Parga y Eduardo Yentzen editores
El Eneagrama es una
aproximación al ser humano desde las fijaciones del ego. Su origen se pierde en
el tiempo.
Texto personal
Primera
parte
La macrocrisis y sus diversas manifestaciones.
“Nosotros las civilizaciones, ahora sabemos que
somos mortales”. El dictamen de Paul Valéry, escrito después del fin de la
primera guerra mundial, tiene vigencia, interpela, cerca de setenta años
después de concluida la segunda guerra mundial.
A pesar de ello, la aseveración requiere ser
actualizada. No se puede decir que tenemos conciencia de la crisis y menos que
sabemos que somos mortales. No lo sabíamos, ni hace cien años, al inicio de la
primera guerra mundial, ni ahora, siglo veintiuno, con gran parte de la
población del mundo seducida por los placeres del consumo y los avances de la
tecnología y/o exaltada por creencias absolutistas.
La crisis está muy presente y, desbordando la
historia humana e, incluso nuestra especie, es una amenaza para la propia existencia
de la vida. El homo sapiens ha puesto en riesgo la salud de su nave espacial y
temporal. Es una crisis en muchas dimensiones. Haciendo una síntesis, podemos
agruparlas en cinco grandes componentes.
Se trata, en primer término, de graves amenazas a
la supervivencia procedentes de la posible extensión de guerras que ya están en
curso o por el desencadenamiento de una en
mayor escala, cruzándose en su génesis intereses económicos,
geopolíticos y diferencias culturales.
No procede dejar de lado, al respecto, las
implicaciones del inmenso arsenal nuclear y su posible utilización accidental o
intencional.
Existe, en segundo lugar, la ruptura total del
equilibrio ecológico, situación ya casi fuera de un posible control.
No menos amenazante, en tercer término, es el
agravamiento de los problemas humanos, el drama de la coexistencia.
Se lo puede resumir en tres grandes pobrezas: la
de la miseria económica de una parte de
la humanidad, la de la escasez de perspectivas espirituales de la mayoría de
los humanos, la de la pobreza en relaciones de humano a humano.
Allí, se encuentran los grandes temas del poder,
del mercantilismo, del autoritarismo, de la dependencia en las drogas, de la
soledad, la indiferencia, la violencia. Allí, la gran polarización en los
paradigmas, el de la trivialidad y el individualismo enfrentado a la exaltación
del fundamentalismo dogmático.
Por otro
lado, en cuarto y no menor lugar, es
componente de la crisis el hecho de que no hay una conciencia generalizada de
la crisis, tanto en los proyectos personales, como en la micropolítica y la
política nacional e internacional.
Si ella existe,
se opaca, se desencanta, se neutraliza con la pérdida de la confianza en
los grandes referentes de las religiones organizadas, las utopías sociales y la
propia ciencia. Ésta, por otra parte, es cautivadora por su brillante
desarrollo y su expresión en la tecnología de ritmo acezante.
Como en toda crisis, en esta grave amenaza se da,
también, una oportunidad. Se abre un espacio, no sólo para salir del laberinto,
sino para entrar a un territorio promisorio, de mayor salud.
Es el quinto componente. El esperanzador. Hay,
aquí y allá, un conjunto de respuestas, por ahora aisladas. En gran parte,
incomunicadas, a veces, en competencia,
rara vez sinérgicas, que podrían llegar a constituir sentido común, un nuevo paradigma cultural básico.
Se trata de movimientos culturales, como los de
la paz, la ecología, los derechos y responsabilidades humanas, son tendencias
en búsqueda de la educación para la vida y de la salud integral, son caminos
espirituales renovados, son aperturas en la ciencia con la física cuántica, la
teoría de sistemas, la parapsicología, la psicología humanista y transpersonal.
En el centro de esas perspectivas se encuentran
las elaboraciones, las esperanzas, en torno a avanzar hacia un nuevo modelo
básico de cultura, de convivencia: un nuevo paradigma cultural básico.
Un paradigma…un paradigma integrador, pacifista,
inclusivo, afirmado en la justicia, ecológico, complejo, con apertura a la
trascendencia.
Los nueve tipos del Eneagrama, en forma de pequeños duendes,
llegan al planeta del Principito.
Los dioses Higia y Cuidado, que trabajan con nosotros,
nos pidieron que viniéramos a verlos,
expresó el goloso entusiasta.
Por suerte vienen precavidos de tan poca estatura, dijo el
Baobab, me ha pasado. La rosa le interrumpió dando una alegre bienvenida.
Antonio, el Principito, les saludo con mucha amabilidad,
ofreciéndoles jugo de baobab.
El tipo nueve miró al
grupo, como temiendo una burla o algún ademán
poco cortés.
Todos parecían bien aleccionados y contestaron
afirmativamente, con sobriedad y cordialidad.
Antonio señaló el
contexto del encuentro:
Higia y Cuidado nos
hablaron de ustedes y de lo representativo que son para los humanos. Como
yo, además de ir a la tierra visité vatios planetas…
En algunos encontraste a alguien parecido a alguno de
nosotros, interrumpió, jovialmente,
el Vanidoso.
Eso de parecido y diferentes es relativo, contestó, con
rapidez, Antonio.
Prosiguió hablando: Me dijeron que jugáramos a las preguntas…
Te conocen, saltó la
Rosa. Con picardía.
La pregunta es algo
que no supe hacer contigo, reconoció Antonio, ya en evidente tono de jugar a la verdad.
Quiero hacer la misma pregunta a cada uno de ustedes: de
acuerdo con sus experiencias, ¿qué
énfasis debían establecerse en la formación para salir de la crisis del
desarrollo humano? ¿Por dónde se podría empezar a desatar este nudo que nos
tiene entre la trivialidad y la exaltación?
Quiero salir de la ansiedad, dijo el tipo sumiso, miedoso,
complaciente, leal, el “tartamudo mental” el llamado Seis. No sé si será válido, pero hay una, entre muchas historias que me han contado Higia, el Cuidado, Quirón
el Centauro y Atenea, que bien viene al caso.
Era en tiempos de la segunda guerra
mundial. Francia había sido derrotada y existía una zona ocupada por los
alemanes, con París como centro y otra, no ocupada, presidida por el mariscal
Petain, cuya capital era Vichy.
Pierre, de origen campesino, fue
encausado por sus padres para seguir el
oficio de policía.
En un momento dado, el agente secreto
alemán que asesoraba a la policía
de Vichy encargó a la policía francesa que vigilara una reunión
de celebración de cumpleaños en que suponía
que llegaría un resistente. La idea era poner un dispositivo para
escuchar y grabar la reunión, sin
interferir en ella, procurando obtener
toda la información posible.
Pierre fue el encargado de llevar a cabo la misión, en el más absoluto secreto. Había
dado pruebas de una absoluta lealtad a
la institución policial.
Llegó el día de la reunión. Pierre,
en su habitación, empezó a escuchar los
pormenores del encuentro. Pronto, percibió que había, efectivamente, una
reunión de cumpleaños, cálida, festiva.
Sin embargo, los homenajeados eran dos, aquel del que se había informado a las
autoridades y…un miembro de la
resistencia, un vecino, desaparecido en la clandestinidad.
En un momento dado, el resistente dio
algunas informaciones sobre lo que estaba pasando, las detenciones, los
enviados a campos de concentración, lo concerniente a los muertos en la frontera española…
Pierre se sintió impresionado. Él era leal, pero en la reunión
se hablaba de una lealtad a un valor muy precioso, a la vida
humana, a la libertad. Sintió que algo
se le aclaraba. Nunca
había sentido tanto miedo. Nunca
había estado más decidido a afrontar
peligros.
Manipuló la grabación hasta dejarla
libre de cualquiera sospecha, dejándola con un sólo festejado, sin ninguna
información comprometedora.
Al día siguiente citó al festejado
original, le explicó todo lo sucedido y... pidió el ingreso a la resistencia.
Se estableció una relación de confianza básica entre dos personas, ambos en
peligro de muerte, dependiendo el uno el otro. Fue el inicio de esa amistad y de muchas más después de la
liberación.
Siento que la lealtad tiene algo conmovedor y convocador. El
tema sería integrar la lealtad hacia uno mismo, hacia el otro significativo,
hacia los seres humanos…hacia la coexistencia.
Gracias, dijo Antonio. Es como si del lado conservador del
temor emergiera una forma de lealtad y
del innovador otra dimensión de la lealtad y que ambos
se proyectaran como amigos dela vida…
También a mí me cuesta
integrarme, expresó el pacificador, el “nadie”, el árbitro, el soñador. El llamado Nueve.
Tal como el amigo Leal,
voy a contar algo de otra parte y de otro tiempo.
Fue en 1968, en el momento de mayor
despliegue de la cultura hippy. En San Francisco, junto a muchas otras
iniciativas, en el barrio correspondiente a Haight Ashbury, un grupo de jóvenes innovadores, fuertemente influenciado
por Camus, abiertos tanto a la trascendencia como a
la vida comunitaria y al diálogo
interpersonal, guiaba la vida de una comunidad de unas veinte personas.
Era un grupo mixto en que, junto a cuatro personas
de alrededor de veinte años, con
un proyecto individual muy interiorizado en el camino de la utopía
concreta comunitaria en el aquí y ahora, existía el resto de los participantes,
compuesto de menores de alrededor de 15 años que habían abandonado sus familias
de origen y venían a refugiarse a
esta tierra prometida de la amistad y la
belleza.
La convivencia era muy permisiva. Se
basaba en un trabajo voluntario rotativo con responsabilidades para el aseo,
para hacer la comida, para los
suministros y arreglos de la casa.
En un principio, los cuatro “inspiradores” hacían prácticamente todo.
Los otros eran pasivos, flemáticos,
agradecían lo que se les daba y
casi nada más.
Los cuatro mayores eran muy
esforzados, trabajando muchas horas tanto en el hacer un trabajo en la casa
como en las conexiones con el resto de
las acciones sociales, artísticas
y espirituales que se realizaban en la ciudad.
Tenían mucho cuidado en proporcionar a los jóvenes explicaciones
claras sobre las tareas internas y
externas, sin presionarlos.
Un punto que los mayores consideraban
importante, era reconocer que ellos, también, antes, eran indolentes, fumadores de marihuana, que
no se apuraban por nada, pero que ahora estaban en esta mega tarea de contribuir a un cambio cultural.
Los jóvenes agradecían, pero no
reaccionaban, educados, simpáticos, no colaboraban en absoluto.
Un día, el poeta Richard Brautigan solicitó la cooperación de la Comunidad para la edición de un libro de su autoría. Era algo original.
Un libro para plantar: un sobre en cuyo exterior iba un poema sobre una planta
y, en el interior, las semillas de la misma. Mientras lo hacían, algo cambió.
Fue como si se eliminara un muro. Los jovencitos se interesaron, fueron participantes, sugirieron
formas de lanzamiento del libro: ¿Por qué no en un banco, en la policía? Todos se reían, distendidos.
Al final de la jornada, un joven pidió que se
hablara sobre el amor fraternal. Ustedes siguen siendo como papás, dijo, dirigiéndose
a los mayores.
“Parece que se plantó una doña semilla de amor en esta comunidad tan trabajadora,” dijo el poeta, sonriendo.
“Parece que se plantó una doña semilla de amor en esta comunidad tan trabajadora,” dijo el poeta, sonriendo.
En fin, creo que el relato dice algo: Lo queramos o no, hay
una minoría crítica avanzada que es insustituible, dijo el Pacificador.
Sin embargo, dijo la
rosa, tú
mismo señalas que la imaginación
puede abrir caminos para el contagio de los más convencionales los más…indolentes, añadió el soñador, sonriendo.
Y qué dice el campeón,
manifestó el Baobab, interpelando al autoafirmador, injurioso, atropellador,
insensible, el ocho.
Me debes una,
expresó, guiñando un ojo, el antisocial, ahora un duende amistoso.
Voy a ir más atrás con
una historia y su consiguiente
“moraleja”
Los despóticos también tenemos un mundo muy distinto dentro
de nosotros…
Una pincelada sobre
Gilgamesh
Los mitos son poesía de los pueblos y se comparten en son
de amistad.
El mito sumerio de
Gilgamesh, el escrito conocido más antiguo de la historia humana, refleja, de
alguna manera, la visión popular, poética, sabia y espiritual, de cómo se puede
dar la llegada al amor desde la
experiencia de vida de cualquier ser humano y para un ser humano puesto
en el poder de dominación.
Gilgamesh, rey de Uruk,
tres cuartos inmortal y un cuarto mortal, era un gigante fortísimo,
atropellador, violador, verdadero tirano de sus súbditos, que no reconocía
límites en sus desmanes.
Alarmados, los dioses dispusieron la creación
de un rival, a su altura, Enkidú. (Primera
presencia del amor en el relato, amor de los dioses a los humanos). Enkidú,
individuo salvaje que convivía con los animales, es socializado y encaminado al encuentro de Gilgamesh por una hieróndula, prostituta
sagrada (segunda aparición del amor).
Gilgamesh y Enkidú se enfrentan en una lucha cuerpo
a cuerpo, en presencia de los habitantes de Uruk, que termina indecisa y
con el nacimiento de una gran amistad entre los contrincantes (tercera
referencia al amor en una cierta correspondencia con
un personaje del tipo mío.)
Los dos amigos
emprenden, en conjunto, una muy arriesgada aventura que los enfrenta a algunos dioses. Tienen éxito,
pero ofenden a una diosa, quien proyecta sobre Enkidú una enfermedad mortal.
El fallecimiento de Enkidú provoca un gran
dolor en Gilgamesh (cuarta aproximación del amor).
El rey, muy perturbado
por el tema de la muerte, emprende un
largo y muy azaroso viaje en pos de obtener el poder de la inmortalidad.
Está a punto de conseguir el gran medio,
tiene la posesión de la planta de la inmortalidad… pero se la roba una
serpiente. (Siempre la serpiente en estos papeles...)
El mensaje de conjunto del poema es el de la
posibilidad de identificarse, llegar a
sentir amistad por el propio Gilgamesh, quinta y más importante aparición del amor.
Identificación, acercamiento, amistad, amor de parte de un rey, tirano
cruel, por simbolizar a pesar de sus
rasgos personales, el gran tema, el drama, de la mortalidad del ser humano.
El magno poder de Gilgamesh, el tirano, se metaboliza…se
transforma en amistad, en amor fraternal
en la coexistencia, en la finitud, en la mortalidad.
En otras palabras, dijo Antonio, hay que
separar la prepotencia del poder y eso
aparece cuando el rey, un príncipe como yo o cualquier ser humano vive ese gran
centro de la coexistencia que es el amor de amistad.
Perdón, pero veo que estamos en la misma orientación, la
ayuda es el sentido, expresó el ahora
duende, orgulloso, superior, ayudador, necesitado de amor, falso generoso. El
conocido como el Dos.
Voy a ser más sintético
que mis importantes compañeros…
Me remitiré a intentar cooperar con una experiencia de
“eneagramamanía”…
En un taller de Eneagrama, un
concurrente, identificado como del tipo dos, contó de sus avances en el proceso de trabajar en la perspectiva de estar en contacto con sus necesidades y
las de los otros, de ser un dos sano, camino a rescatar la importancia de la
libertad y la no instrumentalización de los demás.
Emergieron las perspectivas
de los siguientes logros:
Aportar a que otras personas sean
conocidas como dadores de servicios.
Profundización en el conocimiento de
las debilidades personales.
Apertura a reconocerlas ante los demás.
Integrarse a actividades de un “dar”
anónimo y universal, en solidaridad, ecología, desarrollo personal y desarrollo humano.
Integrar en el trabajo ejercicios de cambio de roles,
en la perspectiva de disminuir el narcisismo y promover la auténtica amistad.
Destacas la sombra detrás de éste y
los demás méritos, dijo Antonio. Así se va neutralizando un aspecto del
autoritarismo, la dependencia.
Y es una doble dependencia, otra es
la del ayudador en su estrategia de sentirse salvador, superior, una
arrogancia que busca negar un vacío… planteó el lujurioso, el llamado ocho.
Intervino el sermoneador, el iracundo, el
perfeccionista: vamos siguiendo un orden interesante; grandes temas de la
historia y la cultura, experiencias acotadas del trabajo formativo… yo deseo ir más lejos,
algo pequeño…y hermoso. Una anécdota
familiar.
Pasó
hace muchos años. En una familia un tío abrumaba a sus sobrinos
exigiendo una conducta impecable, cuyo fruto más visible era el cansancio de los menores, su sensación de
impotencia ante la negación de la
espontaneidad y la diversidad.
Un día, los sobrinos se reunieron y
clavaron en la puerta del dormitorio del tío un
papel con el siguiente mensaje:
El perdón es la más alta perfección.
El tío objetó el hecho de que el clavo sostenedor del mensaje estaba oxidado.
Los
sobrinos inventaron una
pequeña comedia. Se han conservado unos pocos
guiones:
Los retos que hieren el espíritu se
transforman en consejos amistosos.
El sentimiento de ser superior en moral se metaboliza en apertura a una
conversación franca.
La rabia se vuelve energía para
llevar a cabo proyectos conducentes a la libertad.
Volvemos a la imaginación, dijo el
Baobab.
También al uso constructivo de la rabia, manifestó el
perfeccionista, el UNO.
Controlaste tus ganas
de hablar, le dijo el goloso al Vanidoso, el triunfador, el necesitado de
valoración.
Eso es lo que te
cuesta a ti le replicó el apodado
el tres.
También voy a citar
algo cercano, lejos de las historias que me hacen estar siempre
en los grandes temas y los grandes éxitos.
Me lo contaron. La fuente es
confiable.
Era
una persona de mucho éxito en el trabajo. Un hombre de origen modesto,
hijo de inmigrantes. Empezó vendiendo naranjas en la calle.
Pacientemente, haciendo negocios,
ahorrando, invirtiendo en forma oportuna, llegó a juntar una considerable
fortuna. Duro con los hijos, mezquino con el dinero, se sintió llamado a ser
muy dadivoso con su única nieta. Desde muy temprano, provocando una no muy
disimulada molestia de los padres, intervino en la vida de ella anticipándose a
sus necesidades, haciéndole muchos, desproporcionados obsequios. “Estoy
experimentando cada vez más el placer de
dar”, confidenció a uno de sus escasos amigos.
Cuando ella estaba próxima a
cumplir 9 años, llamó a su nieta para
auscultar qué deseaba como regalo
de cumpleaños. Para su sorpresa, la menor
no le contestó y, a su vez, le
planteó un interrogante: “abuelo, ¿tú eres feliz?”
Demoró la respuesta. Sintió una
sensación de opresión en la garganta y atinó a decir, con un dejo de vergüenza
por la conciencia de expresar algo no muy sentido, bien formal, “soy feliz porque te tengo a ti.”
Ella lo miró y dijo algo que le llegó a la garganta haciendo más doloroso su nudo
de tensión:
“Tú tienes muchas cosas…” Antes de
escuchar una posible explicación, él movió levemente los labios esbozando un beso. Ella sonrió, como quien ve el inicio de algo
muy importante y le dio, en la mejilla un beso
muy afectuoso.
La niña escribió en su diario: “Creo
que con
mi abuelo vamos a ser amigos”.
Así fue.
Es decir, dijo la rosa, que frente al
éxito, como ante el poder, la ayuda narcisa,
la hegemonía de la norma, está este sol
interior, al que hay que darle facilidades
para que se exprese.
Me empiezo a sentir mal ante este
despliegue de experiencias y saberes, dijo, en sorna, el individualista, el
masoquista, el envidioso, el sufriente, el resentido. Aquel que apodan
cuatro.
También acudiré
a una experiencia de la vida.
Me siento con derecho a hablar
de lo que sé
Como en todos los tipos del
Eneagrama, se supone que hay una emoción
preponderante, fijada, egoica. En este caso, es el sentirse desposeído de algo importante, distante, de un atributo,
logro, propiedad de otro, de los otros, de
la mayoría. Es la envidia, muy
desnuda o mimetizada de múltiples maneras.
Veamos un ejemplo, cercano a muchos
conocidos por ustedes.
Dolores, estudiante de arte,
garzona los fines de semana, de práctica
y de vocación escritora, vivía sola, distanciada de su núcleo familiar
violento, donde imperaban un padre autoritario, bebedor y una madre abnegada y
sumisa.
El único contacto de Dolores con su
grupo familiar era el de visitas
periódicas a sus primos Ernesto y
Soledad, dos hermanos responsables de
una pequeña tienda de lavado de ropa.
Dolores observaba a sus primos,
anotaba algunos dichos y, guardando distancia, con un tono despectivo, los utilizaba
como material para una novela.
Un día, Dolores se impresionó por el
aspecto pálido, enfermizo de Soledad. Aprovechó su ausencia unos minutos para
atender a unos clientes e interrogó a Ernesto.
Está enferma, le explicó el primo.
Tiene un cáncer mamario. Ayer empezó la
quimioterapia. No te quisimos
preocupar…con todo lo que has sufrido…
Dolores regresó a su casa. Era hora de acostarse. No pudo conciliar el
sueño… Le vino un deseo de ayudar a sus primos, le quedó sonando la
preocupación de ellos por no inquietarla,
Corrió a su manuscrito y puso una dedicatoria:
“A Soledad y a Ernesto, por
regalarme amistad”.
Está claro, dijo
Antonio. Por un lado u otro, los caminos conducen a atacar menos al ego y a centrarse en la
posibilidad de que los sujetos vean
otras cosas. Es lo que está
ocurriendo con la seducción del dinero y del consumo, una dependencia, una
sumisión no a un tirano, sino a las cosas - Por algo la base del desarrollo
alternativo es tan simple como decir “las personas son más importantes que las cosas”.
Entonces se podría
tomar a la persona como cosa, dijo
el llamado familiarmente cinco, es decir el investigador, el codicioso, el adelantado,
el ahorrativo.
La verdad es que
tenemos el problema de acomodarnos, equilibrarnos, con dinámica, sin rigidez,
entre lo de uno y lo de los otros. Mi
tipo tiende a centrarse en lo
aparentemente suyo…Codicia
Vean esta historia
El doctor Newtein era un gran
investigador, dedicado, tremendamente exigente en el cuidado de su tiempo. Su campo de estudio era la
investigación sobre las variables que explican el interés de las personas
por saber de sus antepasados- En eso era
una reconocida autoridad.
Concentrado en su investigación, no
concedía entrevistas y había dejado de hacer clases. Las encomendaba a sus
ayudantes.
Una
antigua amiga de su familia, profesora de un cuarto medio,
le rogó que fuese a compartir con su
curso. Quiso rehuir la invitación, pero
la profesora lo persuadió, integrando el recuerdo de la relación entre
ellos con el anzuelo de que esa tarea era un terreno
propicio para tener acceso a
colaboradores voluntarios…
Newtein empezó la clase y de
inmediato una alumna de primera
fila empalideció, dio señales de estar
muy afectada y se levantó llorando,
abandonado la sala.
El doctor siguió su exposición,
impertérrito, pasando luego a un
impresionante power point.
Al término de la sesión, el visitante
pidió contar con la grabación de lo ocurrido y preguntó si era posible no
integrar lo inusitado, la salida
intempestiva de la alumna de la
primer fila.
Es una sobrina tuya, hija del Newtein
que no frecuentabas. Su padre falleció hace muy poco. Quería conocerte… Eres
muy parecido a tu hermano. Ella se impresionó,
no pudo resistir. Aquí viene…
Tío y sobrina se unieron en un
estrecho abrazo.
Veo que las narraciones de todos
ustedes van convergiendo en el tema de la afectividad y la imaginación como
salida a un reconocido problema de la
fijación del ego en una u otra dirección, dijo el Baobab.
Curioso, apuntó el perfeccionista, el goloso, quedó para el final
Es otro proyecto contestó, riendo el aludido, el goloso, el
entusiasta, el de los proyectos, el inestable, el activista, el alegre, el
charlatán…
Empezó a dar su aporte.
Lo contó después el mismo protagonista:
“Es la ley del camino”, fue la
sobria y modesta respuesta del
camionero, cuando le agradeció el haberle salvado la vida a raíz de
haberse dado vuelta su vehículo, en pleno desierto, y quedar atrapado,
desangrándose.
Camino…él manejaba en pos de formalizar su nuevo proyecto de
adquirir cien hectáreas cerca del mar, en el desierto, para dedicarlas a una plantación de olivos, a ser regada con agua
salada, teniendo en la mira el mercado de la aceituna y del aceite de oliva.
Su camino…un proyecto tras otro,
entusiasmando y frustrando a amigos y recién conocidos en la perspectiva de
hacerse ricos.
Ricos en qué…volvía un interrogante
de su adolescencia sobre el sentido de la vida.
Como si adivinara el camino de sus
inquietudes, su hijo le contó que estaba muy motivado leyendo sobre el
desarrollo a escala humana y entrando a considerar la existencia de pobrezas
y riquezas espirituales…
“La ley del camino…” dijo, como en un
susurro.
El camino de la solidaridad, de la
riqueza en amistad…
Padre
e hijo se abrazaron como no lo habían hecho en muchos años.
El camino…el del
proyecto de vida, la ley de asumir la condición humana, con todas sus posibilidades
y sus límites.
En esa ley es muy
importante la amistad dijo el zorro, al llegar al planeta.
La amistad, un tremendo tema, asintió una voz, que todos
reconocieron. La sabiduría de la
amistad, en la amistad: la amistosofía.
Habían escuchado a Higia, la
diosa de la salud.
Miren con quienes venimos, se escuchó decir al Cuidado, junto
con la entrada al grupo de nueve
duendecitas.
Y allí estuvieron
compartiendo sobre las contradicciones
humanas, con los nueve duendecitos,
el zorro, la rosa, el baobab y el Principito, la pacifista, la
lujuriosa, la golosa, la miedosa, la avara, la envidiosa, la vanidosa, la
orgullosa y la perfeccionista.
De vez en cuando se escuchaba la voz de Higia y la voz del
Cuidado
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