Entre la separación y la
integración 65
Los referentes
La racionalidad integradora3
El Perdón
El Perdón, tema del Desarrollo
Humano, tema a separar y a integrar.
La opción por el desarrollo lúcido
El perdón está siempre en las conversaciones cotidianas . Periódicamente, como en estos
día, entra al debate público, se convierte en vehículo de exigencias, de controversias, de testimonios sinceros, ,de búsquedas
de acuerdos, de slogans, de
recuerdos muy dolorosos…
En este concierto desafinado se
hace patente el sentido común hegemónico, en que lo instrumental, las cosas,
parecen ser más importantes que las personas, el vertiginoso avance
científico tecnológico obnubila el atraso en
los derechos humanos, en las responsabilidades humanas, en la conciencia y la práctica ecológica, en la apertura a la trascendencia,
en el avance en el desarrollo personal y
el cambio cultural.
El término perdón tiene alcances
de uso diario tan limitados como el del retórico o cortés” perdón le
puedo preguntar algo” o el” disculpe” al
empujar a alguien sin querer en el bus,
hasta el “perdón, no creía en que
venía una dictadura” o… “en la existencia de los desaparecidos.”
En este terreno complejo, la superficialidad frecuentemente homenajea a
la virtud y el decir perdón se
suele confundir con un
reconocimiento , exclusivo, de haber hecho una error, una falta , sin implicar , sin
conciencia, sin una autocrítica más abarcativa al desarrollo
personal y , o , al nivel de profundidad y de coherencia en la acción de su
opción ideológica, ética,
espiritual…
Sí es complejo
el ámbito , la densidad de la
vivencia y de la acción de solicitar el
perdón, no le va en menos el de su polo
complementario, el dar perdón. Eso hasta el extremo de las siempre
presentes demandas abiertas
o subliminares de pedir perdón por
posibles demoras en otorgar el
perdían.
En una consideración al tema del perdón
desde una perspectiva de desarrollo a
escala humana, no puede desatenderse una
gran ausencia en la cultura , en
general, y en las conversaciones cotidianas sobre el perdó . En el
furor por el dinero, por los espectáculos, por las innovaciones tecnilógicas,
pasa a muy asegundo plano, no está presente , la pregunta por uno mismo,
por el otro significativo, por el otro en general, por el ser
humano…
Las consideraciones sobre el perdón como las concer nientes a la confianza , al amor, al propio yo, fluyen
, espontáneas, con la libertad de un río caudaloso. Sin embargo,
son términos muy cercanos que
tienen sentidos muy diversos.
Así, se dice yo aludiendo al misterioso si mismo y al muy delimitable ego; el
amor apunta al erotismo y a la vivencia de amor universal, la confianza es básica ,
sobre el ser, o se refiere
a la eficiencia de un motor.
En una gran síntesis, puede
presumirse que, desde la escala humana, desde llevar a la conciencia y la
convivencia la dimensión antropológica
de la existencia ,cabe una integración
como el mantener un asumir y vivir el misterio del yo, una confianza
básica en el ser, una opción por el amor
y la amistad y vivir la contingencia con
la lucidez necesaria para aceptar, con
resiliencia , las limitaciones humanas
,existenciales, socio culturales,
interpersonales, personales.
Es decir , con la perspectiva del
amor y la amistad,estar conciente de los celos, de las pequeñeces, del lado oscuro del ser humano, de
las contradicciones e injusticias
de las sociedades y como se
expresan en uno mismo y en los otros.
Amor lúcido, y , para abreviar, confianza lúcida, lucidez en la individualización y apertura a la
diversidad-
Lucidez. Claridad. Es decir, razón y sabiduría acom- pañando, integrando, las grandes
orientaciones sobre sentido de la existencia
¿Dónde se nos quedó el perdón?
Desde una mirada a lo humano, a ser …. seres vivos concientes, que necesitamos hacernos cargo de nosotros mismos,el dar y el
pedir perdón implica reconocer
nuestro papel de colaboradores en la
evolución, de partícipes en la tarea , en la utopía concreta de
mejorar la vida.
Hay un perdón externo, gárgaras de
perdón, hay todas las distancia
imaginables hasta la gran
meta del perdón lúcido, el aceptar que
la vida humana es con límites biológica y existenciales, pero que hay una tarea personal y colectiva, que implica lucidez y resiliencia, confianza
básica, uno de amistad hacia la vida, y desarrollo de uno mismo…para superar las injusticias y desigualdades y la falta de armonía con el resto del a vida y con el planeta
Una tarea de perdonar las piedras en el camino para
al integración de la razón y los
ideales, las corrientes espirituales y
los movimientos culturales,
sociales y políticos, las prácticas y
las orientaciones ecológicas, lo ético y
lo poético …en la marcha hacia la utopía concreta de una mayor salud integral.
Hablamos del Perdón, pero
hay muchas dimensiones del Perdón.
Existen muchas clase s de perdones.
Pensando en las alternativas de quién
“da” el perdón, podemos hablar , muy en general de tres colores…
El perdón gris frente a lo
banal, en que un “no importa”
está impregnado de indiferencia,
no está afectado, no se ha alterado
El pedón gris ante lo que
realmente importa , en que por temor,
por cálculo, por hipocresía , se expresa una aceptación de las disculpas, sin ningún convencimiento interior .
Existe el perdón celeste , en que se ha dado una reacción de crítica
ética, pero ha surgido un deseo
de diálogo, un sopesar las cosas , un ponerse en el lugar del otro y se acepta
una re conciliación. Un volver al
estado anterior
En otro nivel se da el perdón
azul, en que la persona ofendida , engañada ,
pone el daño, la ofensa la traición en el contexto amplio de lo político, lo evolutivo, lo
espiritual, en que el tema no es la re
concliación sino el trascender , el seguir
en la plena militancia en la vida
, con resiliencia ,a pesar de los obstáculos
de las iniquidades que puedan
existir en la coexistencia, en la marcha de la cotidianidad y de la historia.
Es llegar a sacarse el peso de encima…y
seguir dando a la vida,, sin olvidarse
de las atrocidades que puedan haberle sucedido, integrándolas en su visión de la vida y de
su necesidad de transformación.
Se podría hablar de un perdón lúcido, el perdón azul,
el perdón a la escala humana
Nuestro objetivo no es, por supuesto, dar clases sobre el
perdón, tema de opción personal, ético, político. Se trata de llamar la atención,
precisamente, acerca de la necesidad de que no nos limitemos a pronunciarnos
sobre si en esa o aquella instancia
se debe dar o pedir perdón, sino de
favorecer conversaciones y
reflexiones sobre la naturaleza del
perdón, asociadas, naturalmente, a la gran ausente en una cultura cosista y ajena a plantarse el terma del ser humano, con sus
implicaciones en los derechos, necesidades, responsabilidades capacidades
humanas, del desarrollo humano.
Simplificando hasta el
extremo, hablamos del dar perdón, diferenciando entre el
perdón gris, el celeste , el azul, en el entendido que es sólo una invitación a pensar y
sentir sobre la naturaleza del perdón
y sus implicaciones para el desarrollo humano.
De la misma manera, podemos hacer
una diferenciación muy simple del “pedir
perdón”, a partir del gris, el celeste y el azul.
El gris es externo, de cortesía,
de conveniencia, por temor. Como fruto de negociaciones, de fórmula. Una
expresión exangüe . sin vida , sin consecuencias.
El celeste traduce una conciencia de una mal proceder. Hay una implicación,
pero sin que ello incluya una
autocrítica y un ánimo de reparar lo hecho.
El azul, en mayor o menor medida ,
está asociado al ponerse en el lugar del otro, al hacerse una
autocrítica cabal, a la voluntad de contribuir a reparar lo hecho. En el azul se asume
la necesidad de hacerse
cargo en forma crítica del proyecto de
vida, del desarrollo personal, de la
concepción de ser humano, junto con contribuir
a reparar lo hecho
En el fondo del pedir perdón azul está un muy definido “nunca más”
y un camino para que ello sea realidad.
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