Lo
Cotidiano y lo Universal
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Síntesis 13
El Asombro y lo
Poético 1
Vivimos en un desarrollo deformado, hiper prosaico, con lo poético en los márgenes, hay una exigencia
ética, política, de salud… de
alcanzar equilibrio, de
humanizar la vida asumiendo la
poesía de la misma. Facilitando el equilibrio entre lo poético y lo prosaico.
Un camino, una senda medicinal para ello, es la promoción del asombro.
Hay, entre infinidades de ellas, otra forma de plantear lo dicho. Lo expresó Roberto Juarroz, en dos poemas complementarios comprendidos en su Poesía Vertical
Dice el primero de ellos :
“Es como si prestásemos la vida por un
rato
Sin la seguridad
de que nos va a ser devuelta
Y sin que
nadie nos la haya pedido”
Leemos en otro poema:
“
Detenerse ante el asombro
que
se despliega en el gesto de la rosa
o
en la maravillada tertulia
que
entablan los colores y los pájaros
sobre
la franja insegura del atardecer,
equivale
a asombrarse del asombro.
Aparece entonces una nueva inocencia,
Más
esencial que la primera.
Sólo
en ella germina
El
asombro definitivo:
el
reconocimiento a través de las máscaras
La salvación por el asombro”
Nos hemos separado de nosotros mismos, hemos prestado nuestra condición de
seres finitos, peregrinos entre a vida y la muerte, absortos , como estamos, en
el tener, dominar, gozar, sin seguridad de que recobraremos nuestra relación con…el ser…con la poesía.
El detenernos , empaparnos
en el asombro, el llegar a ser asombro, asombro de la rosa, de los pájaros, del
atardecer y de la noche ,del
lenguaje, del compartir,
del yo, de la razón, del amor, del ser humanos; asombro en un hogar, en un universo revelado como complejo, en
evolución, abierto a
posibilidades, poroso al misterio …El asombro es una emoción de
conciencia de especie, de
alternativa a la alienación,
de salvación de la salud de la persona y de la salud del desarrollo.
Lo poético está contenido
algunas veces en los poemas. No
siempre. El verso no
hace a lo poético. Lo poético es un radical, una esencia, en toda la
literatura y en todo el arte, pero ,también, se da en
el silencio de un
crepúsculo elocuente y en la mirada de los genuinamente enamorados, en el momento del
encuentro donde se siente germinar
el tú, cuando la montaña se pone
de pie, en ocasiones donde el mar dialoga con el cielo en susurro comprometido, azul, en circunstancias en que el bosque integra sus secretos con lo más expresivo
de sus habitantes, cuando el desierto, contemplativo, espera paciente la
comprensión hacia la nada, donde la flor y la mariposa fracasan al intentar disimular sus visiones
esotéricas, cuando la música o la meditación nos hacen sentir un trasfondo detrás de la cotidianidad, la certeza de un
sentido, lo esencial invisible a los ojos ,del Principito. Entonces, es dable recordar a Novalis y ser asertivos con aquello de considerar a la poesía como
lo real absoluto.
Poesía, por lo tanto, dentro y fuera de los anaqueles donde
los libreros guardan los libros de poesía que no
pueden vender. La poesía de la vida,
es decir, esa experiencia, esa vivencia, inefable, donde concurre una emoción cordial, de corazón tocado, un cierto significado, dentro o fuera
de lo convencional, una imagen, un
sentido de lo relevante que nos concierne y nos trasciende. Aquello obsequiado
por Becquer como” Poesía…eres tú.”
Regresamos a nuestra premisa inicial: vivimos una pobreza poética. Pobreza que resume y rezume la pobreza económica, la de igualdad esencial, la de paz, y no violencia, la de relación armónica
con la naturaleza, la de
apertura a la diversidad, la del
sentido de conexión con la
trascendencia, la pobreza de
acceso al tú ,al yo , al nosotros,
al lo otro.
La poesía, la poesía de la
vida, tiene riquezas susceptibles
de ayudar a desarrollar un tipo de cultura y de
proyecto individual , grupal y de
red ,más equilibrado, más concorde con la naturaleza humana.
Al desarrollo actual,
prosaico, le falta el sentir, el
imaginar, el intuir el hacerse cargo de la diversidad, de la ambigüedad, de asumir el misterio, de
comprometerse con la búsqueda y el
dar sentido ,lo esencial , el hacerse cargo del terreno del hemisferio cerebral derecho , de lo propio de lo poético
Hay , sin embargo , en el
ámbito de lo poético, algo que no
se acomoda fácilmente a una
coexistencia, a la posibilidad de una eventual sinergia con el paradigma cultural hegemónico racionalista, tecnócrata, individualista, superficial. Es el trasfondo dramático de la inefabilidad. Distinto al apuntar al misterio. Es el encontrase con vivencias,
generarlas, asociarlas y no poder comunicarlas...ni con los otros ni , realmente, con uno mismo.
Es allí donde se requiere , donde sería deseable , desde la perspectiva de
la salud y el cambio cultural, el intencionar la relación de la poesía con el asombro. Trabajar por la
salvación por el asombro, diría Juarroz.
Continuará
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