Lo Cotidiano y lo Universal 40
Terminar con la relegación de lo poético, del asombro, del
sentido.
Lo cotidiano puede ser tan poético como prosaico.
Lo mismo podríamos
decir de lo universal.
Es posible
concebir una vida humana que sea cotidianamente
universal y tan
profundamente poética como profunda en lo prosaico
Ello entra en la orientación hacia asumir la complejidad, la
ecosofía, ecología existencial del yo, de la subjetividad, de las relaciones
significativas de las relaciones humanas en general, grupal, co munitaria, cultural, de humanidad, de
la naturaleza, de la trascendencia.
La alternativa del asumir la
necesidad de una evolución , en casos especiales ,se da sola. Excepcionalmente, las personas sin apoyo de otras , sin grupos de formación personal, sin trabajo
sobre ellos mismos , van avanzando
eligiéndose y eligiendo, ganando en perspectiva y profundidad.
En ocasiones , lo que
moviliza, lo que lleva al
auto examen a la transformación,
es un evento, una enfermedad, el ejemplo de otra persona, una tragedia colectiva…
Ello es , también,
excepcional, lo frecuente es que las personas que integran minoría críticas,
creativas, avancen como resultado de su pertenencia a grupos, de una
atención psicológica o espiritual, de un proceso autónomo de trabajo personal.
Central en la
apertura a crecer como persona es la disposición a la atención, a la preocupación `por el problema del sentido.
Los humanos participamos d e tres
grandes constelaciones de
necesidades: las relacionadas con la
seguridad, las propias de la auto
actualización y las de sentido.
Somos seres vulnerables que necesitamos aire, alimento,
dormir, afecto, compañía, salud
física y mental, afrontar el miedo, la agresión, las demandas de los
otros.
Somos seres
vivos, concientes y auto
concientes, necesitamos hacer,
tener, comunicar, amar ,crear, con
y sin considerar las necesidades
de seguridad.
A partir de
cierto momento, se nos hace presente
la necesidad de sentido,
como familiaridad con las situaciones, como la orientación de las mismas, como
sentido de la propia vida , como sentido de la vida humana, de la vida , del universo, de la existencia.
En el actual
proceso evolutivo, el sentido
común es de clara conciencia de necesidades de seguridad y
sus posibles modos de satisfacción.
La actualización se realiza con y sin conciencia de las
mismas y de sus satisfactores presentes y
potenciales.
Con y sin marco
conceptual reflexivo, las necesidades de seguridad y de actualización son
asumidas por la cultura vigent con una aprehensión conciente o inconciente de que somos seres finitos , vulnerables y con
posibilidades de hacer frente activamente a nuestros riesgos y de un hacer libre , lúdico , sensual, de trabajo , de creación, de comunicación….
Distinta es la situación de las necesidades de sentido. Nos preguntamos por el sentido de un sueño, de
una frase, de una enfermedad, de la actitud de tal persona, de tal grupo, de
tal país , de un fenómeno de la naturaleza, de nuestra vida, de cada ente , del
ser; es terreno de divagaciones,
de excepcionales conversaciones de
madrugada, de cavilaciones de científicos reflexivos, de filósofos en la tradición de las
búsquedas y de la sabiduría, de artistas con vuelo especulativo.
Es en torno al tema del sentido donde se da el gran vacío cultural.
La búsqueda de sentido está
asociada al asombro, el padre de la ciencia , la filosofía, la espiritualidad y
la poesía. Hoy por hoy , la falta de asombro es uno de los nueve grandes tipos de asombro para las minoría
inquietas por la gran
crisis evolutiva actual , la crisis de paradigma, la crisis de sentido.
Entre los caminos
para enfrentar la crisis de sentido está la búsqueda de integrar la cotidianidad y lo
universal, lo prosaico y lo poético y , por qué no decirlo , muy relacionado con estos dos binomios,
el amor y el desapego, la
certidumbre y la incertidumbre, la
autonomía y el vínculo. Los siete grandes referentes ; la ciencia, la
espiritualidad, la filosofía, lo poético,lo comunitario la comunicación
profunda, la ecología. Por ultimo, como gran síntesis: el hacer, el tener y el SER.
Procuraremos ir desplegando en notas sucesivas, esto que
hemos dado como una apretada síntesis.
Para ello, empezaremos por volveremos a la conversación sobre lo poético y lo
prosaico, procurando destacar la necesidad de una política que los vea como complementarios y no
como opuestos, como igualmente válidos y no como uno en el centro y el
otro en la periferia en la cotidianidad
y en lo universal.
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