Desarrollo Personal, Cambio Cultural
y Nuevo Paradigma (74)
La metodología de auto
desarrollo con la orientación de
la salud integral (13)
Algunos lineamientos generales de la propuesta
1.- La
propuesta se inscribe en la búsqueda de un cambio cultural, especialmente en
las dimensiones éticas y epistemológicas. No se subordina; no se identifica,
integra el ámbito médico, pero es de mucho mayor amplitud.
2.- La
noción de salud apunta al desarrollo de capacidades humanas y al enfrentamiento
de las necesidades: Se inscribe en los niveles individuales, vinculares,
grupales y macro sociales de diversa índole y extensión.
3.- La
idea fuerza de integridad se asocia a los contenidos del nuevo paradigma
cultural básico, a lo holístico, a la trascendencia de dicotomías y, también, a
la consistencia ética.
4.- Se
pretende articular esta visión neo paradigmática con los referentes avanzados
de la cultura hegemónica, particularmente con lo que en salud pública se conoce
como medicina integral.
5.- El marco
del nuevo paradigma se actualiza en la propuesta de una ecología para vivir que
abarca la concepción general de una racionalidad integradora y su proyección en
la cultura y los proyectos de vida.
6.- En
correspondencia con el terreno fundante del desarrollo humano, se define la conciencia como el campo
último en que se dan los cambios
personales y culturales y como el indicador más importante de la calidad
de vida.
7.- En el
centro del desarrollo de la conciencia se da la dinámica del yo y su ecología. Autonomía y
participación son las fuentes de una tensión esencial, y se asocian al
integrarse en uno mismo y al trascender hacia los vínculos, hacia lo otro.
8.- La
propuesta asume la diversidad, la existencia de múltiples orientaciones sobre
desarrollo personal y concepción de la cultura y el ser humano. El sentido de
tener un marco referencial es doble: el contar con cimientos que den
consistencia a las prácticas y metodologías, y el contribuir a satisfacer la
necesidad universal de seguridad y proporcionar continente, estructura.
En
el imaginario colectivo hay múltiples ideas y modelos de trabajo en auto cuidado y desarrollo
personal–espirituales, afectivos,
de expresión corporal, artísticos, lúdicos- que es necesario respetar y
contribuir a acercar a lo que son las historias personales y las fortalezas y
debilidades de los partícipes.
Es
indispensable abrir espacios de diálogos para que, junto con explicitar los
puntos de vista que se desea aportar, se den las condiciones para que se
expresen las experiencias y las posturas de aquellos con quienes se trabaja.
9.- La
propuesta es parte de un proceso que lleva a un autodesarrollo, una autoayuda.
La meta de los cambios buscados es que los sujetos –en forma individual, en
parejas y en grupos-, con autonomía y creatividad, extendiendo su influencia al
medio, investiguen y creen sus propias prácticas transformadoras.
La
propuesta tiene el carácter de una facilitación, una mediación provisoria, en
espera de que surja la motivación y las capacidades para autoconducir los
procesos.
10.- Formación
y acción se articulan y complementan en la vida cotidiana, la participación en
procesos de cambio y la práctica de disciplinas en trabajos asociados al
crecimiento personal.
10
Hay un necesario fluir, nutricio, entre el vivir lo diario, el prepararse para
ello –“afinar los instrumentos”- y el ser parte de esfuerzos sociales,
ecológicos, culturales, encaminados a apoyar los cambios en el avance hacia la
salud integral. Las disciplinas van evaluando y anticipando lo vivido. Es
necesario tener vasos comunicantes entre aquello por lo que se lucha en el
grupo de mujeres o jóvenes, la asociación ecologista o el espacio de diálogo
social, y el cómo se da la convivencia en la familia, el centro de trabajo, o
la instancia recreacional.
11.- Las
disciplinas que se proponen son de tipo individual, vincular y grupal.
Con las
metas de asumir tanto la individualización como la compenetración con
referentes universales, se opta a un trabajo con tres vertientes:
Trabajo
individual, consigo mismo, practicado por lo general, todos los días.
Una
instancia de elaboración con otra persona (trabajo vincular o en pareja),
propuesto para realizarlo todas las semanas.
Un
camino de crecimiento grupal, con reunión una vez al mes.
Es un sistema de trabajo
flexible, en que el punto de partida depende del compromiso de cada uno, de la
aproximación de la persona o del grupo.
12.-
Reconocimiento de la complejidad de la tarea y la necesidad de asumir
dificultades en el tránsito por
los caminos cotidianos de la autoayuda:
Más allá de la simple
resistencia al cambio, esta aproximación enfrenta el desafío de superar la
tendencia al conformismo y la dependencia externa, que corresponden a rasgos
arraigados en la cultural actual. No cabe hacer evaluaciones lineales sobre
impacto; los efectos son muchas veces tardíos e indirectos, con una
permeabilización muy paulatina a los cambios esperados. Las resistencias y los
escepticismos son muchas veces reforzados desde las familias y los grupos de
pares, como es de esperar en todo trabajo con una perspectiva
transparadigmática.
13.-
Transdisciplinariedad y rigor: Cultura, paradigmas, salud, ecología del yo, son
campos referenciales en los que el sentir común se emparenta con la reflexión y
los valores. La psicología, la
antropología filosófica, la ética, la epistemología, el arte y el desarrollo
espiritual se cruzan y se transforman, desbordando los cauces disciplinarios.
Bajo el imperio de la
racionalidad integradora, el rigor de lo bien precisado y focalizado debe
interpenetrarse con la capacidad de apertura multidimensional, evitando los
riesgos del verbalismo vacío y de la falta de esmero en la crítica y la
evaluación.
14.- Las
fases en el proceso de aprendizaje de la autoayuda:
a. Sensibilización:
Motivación, problematización
del tema de la cultura y el desarrollo personal.
Explicitación del marco
referencial:
Análisis de los propósitos, del
encuadre de la época y de los principales referentes conceptuales.
b. Demostración de las disciplinas: Con ejercicios, lecturas,
discusiones, se da cuenta del aspecto práctico de la propuesta.
Espacio de retroalimentación e
integración en los proyectos personales: Se abren posibilidades de explicitar
asociaciones, preguntas, rechazos: Se procura establecer enlaces con las historias
personales, las fortalezas y experiencias, en general.
c. Práctica experimental: Período de prueba de la
disciplina individual, de búsquedas de asociados en la aproximación vincular y
grupal y, también, de práctica de ellos.
Reencuentro con el facilitador:
después de un período de práctica Reforzamiento y adaptaciones metodológicas,
aprovechando las fortalezas de cada uno.
e. Auto-observación: Práctica sistematizada de la
auto-observación.
f.
Re-orientación de las prácticas:
Reorientación de las prácticas más “apropiadas” para los partícipes.
g. Fase de irradiación: Los sujetos asumen papel de
facilitadores, generalmente limitado a personas con tendencias a un liderazgo
integrador.
15.-
Diferentes papeles en relación con la propuesta:
Otra manera de sistematizar lo
planteado es describir, esquemáticamente, los roles desempeñables con relación
a esta propuesta.Roles tales como:
a. Facilitadores de la propuesta.
b. Asociados: personas que colaboran, desde alguna
especifidad, como expresión corporal, epistemología, música u otras.
c. Facilitadores de otras propuestas complementarias:
como algunos terapeutas humanistas, personas que trabajan en climas
institucionales, animadores culturales,
terapeutas de reiki, medicinas florales y otros.
d. Colaboradores contextuales: facilitadores de las
condiciones para que los grupos puedan realizar sus prácticas. Son
administradores o líderes receptivos.
e. Personas en proceso de sensibilización.
f. Personas en trabajo experimental.
g. Personas que están en las prácticas de autoayuda
propuestas, individual, vincular y grupal (una o más de una de ellas).
h. Personas que han adoptado sus propias orientaciones y
metodologías de autoayuda.
16.- Dentro
de la orientación neoparadigmática integradora, la propuesta articula un
trabajo de observación y reflexión, con el desarrollarse desde lo afectivo, lo
valórico, lo comunicacional, la acción social y, en el fondo, la dimensión
espiritual.
17.-
Manteniéndose en el referente de salud integral y la racionalidad integradora
básica, la metodología está abierta para que los facilitadores incorporen
nuevos elementos, de acuerdo a lo que sean sus propias fortalezas.
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