El libro
Mito Física de Margarita Ovalle e Igor Saavedra
El Coraje de
integrar ciencia y poesía, el hemisferio derecho y el hemisferio
izquierdo, el logo y el mito , en una aproximación de la física
clásica y cuántica y la miología
La
intervención de Margarita Ovalle en el lanzamiento del libro. El siete de mayo
, en el Centro Cultural de Las Condes
Buenas tardes
Estoy muy
contenta de que nos acompañen hoy al lanzamiento de Mitofísica, un libro que ha
significado tanto para mí. En síntesis, un renacimiento. No ha sido fácil
congeniar el espíritu
de la profundidad y el espíritu de estos tiempos.
Gracias al Libro
Rojo de Jung, me he familiarizado con estos conceptos tan exactos para definir
la raya de marea espiritual, anímica que trae enormes consecuencias a
nuestra vida práctica. Fue un arduo e incierto peregrinar en donde no
contábamos con financiamiento y, por lo tanto, la certeza de la publicación a
priori. Así que el hecho de llegar a tener este libro en mis manos es un regalo
o un premio… La consecuencia de una antigua creencia que afirma que si te
atienes a lo esencial en tu oficio, la verdad encontrará su cauce. Ya Hermes
Trimegisto en Egipto decía: “Como es adentro es afuera… como es arriba es
abajo”, y lo que fue una idea, ahora se plasma en un objeto evidente y
tangible, editado por nuestra editorial Sofía del Sur e impreso por Ograma,
todo gracias al apoyo y mirada de alto alcance de Fundación Mustakis, de la
cual estamos muy agradecidos y con quienes haremos más de 20 talleres sobre
mitofísica que se impartirán en escuelas y liceos de este largo país.
En un sentido
profundo o Mitofísico, el quid de
este libro atiende a una máxima del ser humano: comprender para vivir. Esto, versus el estridente e imperante hacer-para-vivir en que nos vemos
envueltos por estos días.
En el libro el
Secreto de la flor de oro, Jung nos dice: “Mediante el comprender nos liberamos
de la dominación por lo inconsciente.”
Desde el
comienzo de los tiempos, el ser humano ha buscado encontrar explicaciones
frente a lo que ocurre tanto fuera como dentro de él. Busca fundamentaciones
para lo que desconoce y, por lo tanto, lo inquieta. El obtener una respuesta lo
alivia y esto permite continuar la marcha. Visto así, las explicaciones y
fundamentaciones son un intento por dar un orden a lo que se encuentra
irresuelto, es decir, a lo que está en caos.
El Caos para los
griegos es simplemente el estado que precede al orden. Es el estado primordial
al que, en forma sencilla, podríamos llamar desorden o desconocimiento. Y el
Cosmos es orden o armonía del universo. Bueno, ¡a eso se ha dedicado el mito y
la ciencia! A ordenar dentro de nosotros el Universo para nuestro entendimiento
y tranquilidad. Sabemos que el mito y la ciencia buscan responder a lo que
acontece en el mundo exterior e interior, aquello que en un primer comienzo no
comprendemos. Ambos, mito y física, se han abocado a esta noble misión de traer
a la humanidad luz y claridad. El mito trae su luz o fundamentación desde el
mar abismal inconsciente urdido por el Sí mismo de cada Uno.
La ciencia trae
su luz desde el logos y razón y estos son portavoces de la conciencia regulada
por el ego o el yo. Entonces, Mito física es la totalidad inconsciente
consciente. Ambos son fuentes complementarias de luz y comprensión.
De alguna forma,
recordar la mitología es incluir la oportunidad de volver al origen, no como
una vuelta al pasado sino como un viaje al manantial de lo sapiencial y la
semilla de lo creativo. Utilizando el término del filósofo español Salvador
Pániker, “retoprogresivo”, vemos que esta invitación a volver al origen,
incluso al caos, es a su vez la oportunidad de traer el cambio o lo nuevo. Y
esta clave esta embebida una y otra vez en la mitología. “Pero la aproximación
al origen, la aproximación al caos no equivale a ninguna vuelta al
irracionalismo. Se trata de otra cosa…”
En el libro El
secreto de la flor de oro Jung
cita a un oriental llamado Gu De, quien dijo: “La gente del mundo perdió
las raíces y se tomo a las copas”, para caracterizar a los que no saben
dónde están los verdaderos orígenes de las fuerzas secretas.
La primera parte
de Mitofísica expone la importancia que tiene el mito como un mapa simbólico de
aproximación a la comprensión de los fenómenos naturales que ocurren en el
Cosmos, a partir del origen mismo del Universo. Aquí hemos querido destacar la
importancia de los arquetipos como referentes metafóricos. Estos mismos
arquetípos alumbran un camino para la representación de imágenes, tanto de la
Física Clásica como de la Física Cuántica. En último término, queremos proponer
que la descripción de la realidad siempre corresponde a una imagen arquetípica.
Dos años y medio
nos ha demorado, junto a Igor, decantar, pensar, escribir, editar, y
re-corregir, “sin-cuenta” veces el material. Las ediciones son gracias al
magnífico trabajo de Jessica Atal. Debo, asimismo, agradecer el impecable
trabajo de diseño y diagramación de Verónica Santana y Sebastián Olivari.
Por último, no
puedo dejar de transmitir mi agradecimiento y mi asombro por mi hijo Tomás,
quien es el autor de los dibujos realizados para este libro, tanto en el campo
de la física como del mito.
Ahora,
adentrándonos en el corpus del libro podríamos decir que …
Mitofísica, es una invitación a pensar en profundo
A pensar, porque invita a, meditar, percibir, reflexionar, cuestionar, descomponer, analizar y luego a intuir, sentir y re-crear… integrando conceptos, cosmovisiones que aparentemente están definidos de una vez y para siempre como contrarias.
A pensar, porque invita a, meditar, percibir, reflexionar, cuestionar, descomponer, analizar y luego a intuir, sentir y re-crear… integrando conceptos, cosmovisiones que aparentemente están definidos de una vez y para siempre como contrarias.
Estas
cosmovisiones, para efectos de este libro,
las podemos visualizar como mundos y también como reinos. Es decir, tenemos el mundo del mito y
con ello el reino de lo mágico, lo trascendente, lo poético y lo humanista. Por
otra parte, está el mundo de la física, y con ella el reino de la ciencia, la
filosofía, la razón y el logos.
Dos mundos que
hace más de dos milenios (muchos lo atribuyen a la Grecia post socrática,
cuando se separa el mito del logos) están en constante, es más, en creciente
desencuentro. Así, la situación actual es que nuestro orden del universo
está compuesto por la coexistencia de paradigmas polarizados que no se
integran, pues no dialogan. Podríamos decir que hace falta el desarrollo de un
bilingüismo. Vale decir, quien habla una lengua no habla la otra. Usualmente
quien habita y habla el mundo de la física desconoce por completo el mundo de
los mitos, y quien habita y habla el mundo de los mitos y el mundo humanista
usualmente desconoce por completo el lenguaje de la ciencia. (Son pocas, muy
escasas las excepciones.)
Entonces, en Mitofísica hemos querido traer a la mesa de diálogo dos reinos en aparente discordancia.
Quizá esto puede
parecer exigido, pero en la trastienda de la vida académica, en la vida real,
la de todos los días, no es así. La vida se da y transcurre dentro de un gran
Todo en donde confluyen e interactúan al menos tres planos de mundo:
- El micromundo
de los átomos y moléculas,
- El plano en
donde transcurre la vida humana y
- El del
macrocosmos.
Así, las leyes
que operan en el plano en donde transcurre la vida humana no son las mismas
leyes que las del mundo de los átomos. Ya que estos no pueden ser medidos bajo
el prisma clásico newtoneano o mecanicista, sino que, por el contrario, las partículas subatómicas tienen un comportamiento
cuántico, por lo tanto probabilístico y discontinuo.
Y más aún… Para nuestra sorpresa (acostumbrados a una física
clásica) no encontramos en un lugar determinado la
materia, sino que la observamos en constante y eterno movimiento. Y lo
que creímos anteriormente acerca de poder descomponer una totalidad hasta
llegar a la unidad fundamental o mínima, ya no es posible,
dado que las partículas tienen un comportamiento dual: a veces se
comportan como partículas, otras como onda.
Por lo tanto,
podríamos decir algo así como que la materia está compuesta de no/materia y
esto nos lleva a examinar a futuro el término de no/ localidad: de la materia,
de la masa, de la energía… de la conciencia.
Visto así el
panorama que nos compone y nos rodea, es decir, en forma total y real, podemos
aseverar que el ser humano como criatura en búsqueda de sentido y compresión,
necesita tanto del lenguaje mítico
humanista como del lenguaje de la física. Con ambas lenguas estamos recién
equipados para aprehender esta inmensidad ecológica en constante dinamismo.
Cualquier parcialidad que no considere el total es, desde ya, trunca, lateral y
temporal.
Mitofísica, entonces, es el resultado de los diálogos y reflexiones de
un físico, matemático ferviente y riguroso, Igor, y una psicóloga muy
interesada por el mundo de los símbolos, las cosmovisiones y los mitos; ésta
soy yo.
Pese a estas aparentes
diferencias, notamos en las primaras reuniones que ya habíamos convergido
dedicando la vida al interés y pasión por comprender el funcionamiento del
cosmos (partículas subatómicas o instancias intrapsíquicas). Así que ya
teníamos nuestro primer gran denominador común.
Fue después de
una presentación del libro Chile Mitológico a la cual Igor asistió junto a su
mujer, Lucía Gevert, la vez en que me invitó a mirar las primeras similitudes
entre mitología y física. El parecido entre el mito de Keengenkon, la Luna
Tehuelche o Aonikenk y la Ley de
Gravitación era sorprendente. En el mito tehuelche la luna recoge los mares
buscando a su hija Karro, la estrella del cielo que al escaparse de su madre,
se convierte en estrella marina. Con esta recogida de las aguas la luna va
formando, de paso, las mareas. Y la Ley física
de Gravitación postula que la luna ejerce atracción sobre las aguas del mar formando así las mareas.
Animados con
este hallazgo, decidimos buscar más casos como este. Pero para eso tuvimos que
escuchar libremente muchos relatos míticos. Y a su vez, yo hacer un “posgrado” en física
clásica y cuántica como alumna de Igor, quien me enseñaría con mucha paciencia
y lucidez fenómenos de la ciencia natural (mareas, presencia de relámpagos,
principio de inercia, estabilidad e inestabilidad de la materia, súbitas
transformaciones de la materia, comportamiento dual, antipartículas,
confinamiento, dilatación del tiempo, potencialidad oscura, entre otros). Menos
mal que al estar entrenada en mitologías comparadas, el ojo relacional está
activado y las comparaciones que exponemos en la Parte Dos del libro, saltaron
a la vista. Estas fueron implementadas en forma fluida y fueron explicadas
desde la mitología y la física.
Se
puede decir que fuimos encontrando pares arquetípicos, como quien hermana
calcetines huachos, entre relatos del mito y postulados de la física.
Así,
para nombrar solo algunos ejemplos, podemos intentar responder.
¿Qué
tienen en común el mito de Kooch, el Demiurgo de la Patagonia, y el relámpago?
¿Qué tienen en común el mito de Añañuca, la flor del desierto, y el decaimiento radioactivo?
¿Qué tienen en común el mito de Galahad, el caballero que completa la mesa redonda del rey Arturo, y el neutrino? ¿Qué tienen en común el mito del mago Merlín y la dualidad onda /partícula?
¿Qué tienen en común el mito de Añañuca, la flor del desierto, y el decaimiento radioactivo?
¿Qué tienen en común el mito de Galahad, el caballero que completa la mesa redonda del rey Arturo, y el neutrino? ¿Qué tienen en común el mito del mago Merlín y la dualidad onda /partícula?
¿El
mito egipcio de Seth y Osiris y las partículas y antipartículas en física?
¿Qué
tienen en común el Minotauro en el laberinto
de Creta y el confinamiento de los Quarks?
¿Qué
tienen en común el mito griego de Sísifo y la materia cuántica en eterno
movimiento?
¿Qué
tienen en común el mito del Dilmun Sumerio y el campo de Higgs?
Bueno, a esa
reunión de mundos es a la que los invitamos a participar a través de la lectura
de Mitofisica. Por ejemplo, en esta última pregunta: ¿Qué tienen en común el
Dilmun sumerio y el campo de Higgs?, tomamos como reinos a comparar el primer
mito de todos los tiempos: el Paraíso, según los sumerios llamado por ellos
Dilmun, y el hallazgo del último Premio Nobel recibido por Peter Higgs el año
2013, en donde la humanidad entera toma contacto con esta partícula o campo que
pudo haber dado origen a la masa.
En ambos casos
pasamos de un escenario de extrema simetría a otro en que surge la diversidad.
Mitofisica no es un viaje al pasado, ni al mundo del
logos, sino al centro. Podríamos
decir, al axis fundacional, axis-mundo anclado al origen, desde el cual
comprendemos y arregalmos nuestro vivir actual.
Muchísimas
gracias.
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