jueves, 30 de enero de 2014

D. Personal c. Cultural y . Paradigma (30)


Desarrollo Personal, Cambio Cultural y Nuevo Paradigma (30)
La formación para el Nuevo Paradigma(7)
                   Nota introductoria( 7)
                      Síntesis de una experiencia
                   La pregunta (6)
 La pregunta sobre uno mismo

QUIÉN ERES TÚ


¿Quién eres tú?
Tu contestas segura, entero,
hablando
de ese nombre, esa cifra, ese lugar, ese poder, esa costumbre.
¿Quién eres tú?
más adentro, sacándote esas rebanadas de fuera,
¿tu cuerpo?
Supongamos que sí,
allí esa piel, esa humedad, lo blando del ojo,
lo que se adivina del hígado, la sangre,
la magia de tus fluidos nerviosos. sin embargo;
¿en qué parte estás tu?
Qué significa que eres,
qué es ser,
qué es ser tú.
Vamos, pliegue tras pliegue,
despertando de este hechizo pálido,
de siempre,
de sentirnos normales,
familiares,
en nuestro mundo,
sin misterio,
sin preguntarnos por esa situación tan extraña
de que seamos,
de que tú seas tú,
de que no sea insólito lo cotidiano,
de que no vivamos en pregunta permanente,
de que exista un “qué”.
Tú distingues, claro,
entre vigilia y sueño,
entre ser y nada,
entre lo normal y lo extraño,
entre magia y razón.
Tú admites una zona de penumbra
para otros, iniciados, lejanos.
Tú sientes fluir las situaciones,
reales, cercanas, poseídas, sin dudas,
familiares.
No te extrañas,
los misterios pasarán,
la ciencia ira llegando a los sitios menos
accesibles.
En todo hay leyes, hay razones
basta conocerlas.
Tú misma eres una constelación de hechos,
de momentos, de trozos de vida,
fácilmente explicable.
Si vuelvo a preguntarte
quién eres tú:
te pondrás inquieta,
te defenderás, no tienes tiempo,
te evadirás, no cabe esa pregunta
escogerás un mito,
una palabra grande como espíritu y hombre.
Sin embargo ¿quién eres tú?
Pasan los días, te desvaneces
y transcurre sin encarar el problema,
sin reconocer lo misterioso,
de ser tú,
de estar aquí.
Así creces, comes, haces el amor, trabajas, te relaciones,
como sí no existiera esa interrogante
quién eres tú,
quién eres tú,
quién
ahora,
detrás de ese mirar, de ese mover los ojos, sonreír
de esa inquietud.
Cierra ahora los ojos,
trata de sentir la pregunta,
advierte cómo te va transformando.
Después de hacer tuya la pregunta,
caminará contigo
y no serás la misma,
ya no te vivirá la vida,
vivirás tu vida
su meollo, su secreto.
No el salirse hacia la pesadez constringente,
el girar incesante, sísifo, el cuento idiota,
no esa poesía coagulada, muerta,
la explicación lista,
el misterio inteligible, creencia opiácea.
No, el misterio de quién eres,
el misterio de que pudiste vivir sin
preguntarte
quién
eres.
El misterio de que yo te lo pregunte a ti
porque también lo vivo yo
y se produce un misterio
maravilloso
en el encuentro
en el misterio
de nosotros dos.
En el misterio
somos finitos, no sabemos, somos frágiles,
somos infinitos, nos confundimos con lo que no sabemos
haciéndonos a nosotros mismos.
Es un viaje
muy sencillo,
preguntarse
quién soy yo,
dejar hundirse las palabras,
ahora muy lentamente,
más, mucho más seguros
habiendo encontrado el tú,
ahora
quién
soy
yo?
Siento un remolino,
como si yo mismo dijera
perplejidad,
en forma de saludo
bello crepúsculo, dirigiéndome al caos.
Sin embargo,
tal vez porque antes te pregunte a tí
quién
eres
tú,
siento, también,
que digo
buenos días, cosmos,
con una claridad alegre,
como cuando el ser humano conoció sus deseos
y los vio tan propios como una pregunta
y empezó a tener un lugar en la realidad,
un nuevo universo,
que tú y yo ayudamos a continuar
cuando preguntamos
quienes somos nosotros
perdiendo el miedo
al vértigo
de navegar donde no se topa fondo de familiaridad,
donde se desvisten los límites
las costumbres, los sitios, los tiempos,
donde estallan los poderes
y se reconcilian la muerte con la vida.
Quién eres tú,
si lo preguntas
cuando existe el tú de ti al tú
tendrá un sentido
como si la tierra, el fuego, el aire, el agua
asumieran su sensualidad.
Será un estremecer las miradas
atónita ante la verdad del encuentro.
Quién eres tú
va construyendo religiosamente,
artísticamente,
voluptuosamente,
los grupos más hondos y más cristalinos.
Entre tú y tú,
dentro de tí,
entre nosotros,
vamos haciendo el grupo
preguntando,
como si habláramos fraternalmente con un resucitado,
o con un visitante de otro mundo,
aceptando el misterio de quienes somos
el misterio de olvidarnos del misterio
el misterio de crecer compartiendo
preguntas.
Tenemos que escoger.
Si no preguntamos quién soy yo y vivimos los pequeños racimos
lejos del vendaval de los acantilados
viviremos en el jardín sin compromiso,
en la suave familiaridad, en lo opaco, en los límites.
No hay dos, hay muchos árboles desnudos,
si nos hacemos grupo, si elegimos ser humanos,
avanzando pregunta adentro,
hasta aceptar el no saber
hasta empezar a inventar el mundo
tal como quisiéramos que fuere,
no sabiendo cómo es
no sabiendo si es, queriendo que sea.
Empecemos creando el grupo,
ya que somos misterio,
juguemos a que se adivina
haciendo pequeños mundos como mejor podamos hacerlo.
Los mundos están dentro de tí,
entre todos tus yos,
tienes que hacerlos hablar,
conmovidos por las preguntas.
Después creamos los mundos entre nosotros.
Después vamos construyendo
misteriosamente,
grupos en que se pueda tener familiaridad con los misterios,
grupos en que se goce de lo familiar
sabiendo que es un regalo maravilloso,
grupos que sean verdaderos religiones,
grupos a los que puedas tratar de tú,
grupos que puedan ser como quieran que sea el mundo.
¿Quién eres tú?
contesta mientras alguien está torturando y cree querer,
¿quién eres tú?
siente la pregunta cuando muere el niño que ya sonrió
¿quién eres tú?
aunque seas otro,
aunque sea una forma estupenda de subversión
no importa que existan planetas de miel,
no esperes que te lo pregunte un ovni al atardecer,
o que las mariposas inicien un canto alborozado,
contesta
estrechando la otra mirada en brotes de colores nuevos,
contesta haciendo nido con migas de aurora,
no digas que sabes porque nadie sabe,
junta la pregunta tuya
con la mía, con otros tús de verdad,
la respuesta es una fábula,
la pregunta eres tú.

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