Conversando desde la Amistad (387)
El cuidado (26 )
La pregunta central: la relación con el yo
El ego nuestro de cada día
Un cuento de Anthony de Mello
Un Científico
La pregunta más importante
del mundo es “¿Yo, quién soy?”
Érase una vez un científico que
descubrió el arte de reproducirse a si mismo tan perfectamente que resultaba
imposible distinguir el original de la reproducción. Un día se enteró que
andaba buscándolo el Ángel de la muerte y entonces hizo doce copias de sí mismo. El Ángel. no sabía como averiguar cuál
de los trece ejemplares que tenía ante sí era el científico, de modo que los
dejó a todos en paz y regresó al cielo.
Pero no
por mucho tiempo, porque, como era un
experto en la naturaleza humana, de le ocurrió una ingeniosa estratagema. Regresó de nuevo y dijo: “debe de ser usted un
genio señor, para haber logrado tan perfectas reproducciones de sí mismo. Sin embargo, he
descubierto que su obra tiene
un defecto, un único y minúsculo defecto.
El
científico pegó un salto y gritó: “ Imposible, dónde está el defecto?”
Justamente
aquí, respondió el Ángel mientras tomaba al científico de entre
sus reproducciones y se lo llevaba
consigo,
El yo.
No hay término más ajetreado, más cotidiano, más corporeizado, más encamado, más trivializado: yo.
Sin embargo, a este yo que está en todas partes nadie lo puede ver. Lo aludimos
defendiéndonos, posesionándonos, descalificando a egoístas, vanidosos,
autoreferentes, paranoicos; pero no podemos dar una imagen plástica, una
descrIpción. El yo diurno, banal, es
elusivo. Se escapa de la malla de los conceptos, las medidas, las
analogías. El yo es misterioso. Al intentar tomar conciencia de lo nuestro, que
toma conciencia, que es capaz de tomar conciencia, del tener conciencia, nos detenemos, perplejos, asombrados, sumidos en el misterio.
El misterio de ser nosotros se suma al misterio del ser.
El yo es la parte nuestra, lo más nuestro de
todo, en que podemos confundimos, identificamos, con el misterio
de ser. El misterio que somos nosotros mismos. En nuestro centro, el
nosotros de nosotros, nuestro yo, surge una pregunta. La pregunta sobre quién
somos, qué nos da nuestra mismidad, la visión de unidad en la diversidad en
la historia y en el momento presente. Ese ser nosotros mismos nos interpela,
nos llama, nos sacude, es una puerta hacia la
espiritualidad, es la bisagra que separa y junta el cuerpo y el espíritu. Requiere un reconocimiento, un
trabajo, un explorar este entramado sutil de relaciones, de caminos virtuales,
de cordones umbilicales entre planos de la realidad total. Una ecología, la ecología de la puerta de
entrada de la espiritualidad al mundo. Las
bases de una política de la espiritualidad mediada por la política del yo.
La espiritualidad emerge en la ecología del yo. Podemos trazar
varios pasos esquemáticos en la ecología
del yo:
a) Asumir el misterio, entrar a la pregunta
de "Quién soy yo". Vivir su condición insondable.
b) Considerar nuestra condición de creatura. Nuestro yo
patentiza el regalo del ser, tal como lo creemos expresado, mejor que en un
ensayo, en el fragmento de este texto poético:
El Regalo del SER
Los humanos
no abrimos e! regalo del ser.
El ser no
termina de abrimos su regalo.
El ser es
un regalo que no termina de abrirse
El regalo
del ser no termina de abrirse:
necesita más
mágico el azulear de la vida.
Y la
historia brincando como pájaros hacia sueños.
El regalo
del ser no termina de abrirse:
nos embriaga
la suculencia del día.
Huimos
ateridos del fulgor de la noche.
El regalo
del ser no terminará de abrirse.
Aunque
atisben jirones de sonrisas en la luna.
……….
El tener
perturba el corazón del infinito.
El regalo
del ser da migas de aurora,
guías de
laberintos de crepúsculos eternos
Hijos del
misterio, también somos misterio,
……-
(Weínstein2003)
c) Experienciar el encuentro en el tú.
La posibilidad de comunicación profunda. La intuición, la imagen del yo del
otro. Es la instancia del diálogo. La vivencia del misterio y la trascendencia del tú y ,con
ello ,el compañerismo existencial.
d) Vivir la relación con la naturaleza. Es la contemplación
de la montaña, el bosque, el desierto, el mar, es encontrar una orquídea en el
campo, es ver levantarse un animal recién nacido
e) Palpar el diferente
tenor de la relación con un objeto, la distinción entre el espíritu geométrico
y el de fineza(Pascal) El yo-tú y el yo-el (Buber)
f) Asumir la autobiografía, los grandes hitos, la emergencia del proyecto de
vida
g) Representarse a sí mismo en forma integral, con
las subpersonalidades, con la sombra, con las máscaras, con !a
corporalidad
h) Visualizar
la relación con el todo. Meditar hasta el silencio mental. Sentir la continuidad
con lo que está fuera de nuestro saco de piel.
i) Asumir la necesidad de sentido junto a las otras dos necesidades fundamentales, las de auto actualización y las propias de
la vulnerabilidad humana.
Estimado Luis:
ResponderEliminarMi nombre es Javiera Martínez Daza, soy Actriz y Dramaturga emergente. Estoy sumergida en la investigación para desarrollar un proyecto dramatúrgico ecologista y hace tiempo estoy tratando de saber qué fue de la Corporación de artista pro-ecología de Isla Negra, de la cual usted solía ser vicepresidente ¿aun están activos? Si es así ¿como puedo entrar en contacto?
Acabo de leer “Neruda, Artista Ecológico” que usted escribió en la conmemoración de sus 100 años en el 2006, fue muy inspirador.
Desde ya, agradezco la amabilidad de leer mis letras.
Me despido fraternalmente.
Mi contacto: javi_mcbeal@hotmail.com