Conversando sobre la Amistad (191
)
Los Sueños
Escribe
Ingrid Mosler, desde Viña del Mar
Hace
mucho que no soñaba, tuve un sueño muy lindo.
Soñé
contigo, eso es muy curioso pero bello, muy bello..... No tengo memoria de
sueños ,pero este fue significativo, sentí cosas, sabía muy bien que yo estaba allí, identificaba el espacio
percibía olores e intuía sabores, casi como una película.....
Por
favor no me pre- juicies y pienses que es una declaración de pareja; porque si
creo que es de amor, o quizás de una reconciliación con el amor entre un hombre
y una mujer. Recuerdo que cuando estuve contigo en San Pedro me hablaste de un
sueño en donde te veías tú y un
camino y un camión, visualizaste como te alejabas en aquel camión………. (Hoy
puedo identificar la asociación con la disociación y veo las ventajas de ello).
Quiero
compartir mi sueño así como tú lo compartiste conmigo,
"Viajaba
a verte, sabia que mi destino era el norte, ver el color del sol en el camino,
esa tierra suelta haciendo polvo en el camino, más bien arena amarillenta,
caliente por la cual transitaba,
mis pies casi se quemaban, estaba acompañada por mucha gente conocida. Mi
atención se centra en una mochila
la cual reconozco que me pertenece,
la dejo sobre un mesón a cargo de una persona la cual esta molesta
conmigo, por lo menos su expresión
me lo decía, salgo a
recorrer, reconozco las calles,¡ es San Pedro! Esas casas de barro pintadas en colores opacos, tiendas tras
tienda con objetos de distintas partes del país y de más al norte, veo lindas
vestimentas con adornos de plumas, te encuentro en una casa muy iluminada en
donde puedo pisar arena y siento la brisa del mar, espero sentada
en un sofá de color claro,
hace mucho calor, yo vestida con tenida de sol, veo el color de mi
vestimenta ligera en tonalidades
rosa..... mucho sol, me invitas a que te acompañe a comprar, tomas mi mano, lo
que me sorprende y provoca una sensación de agrado por la forma que la tomas, no dejas que se escurra como el aire,
sino más bien afirmas mi mano y yo siento la fuerza de tu corazón en esa parte
de tu cuerpo, me siento presente, viva caminado junto a ti, llegamos a un lugar en donde una mujer con
atuendos mapuches nos vende una tortilla de rescoldo, sentí el olor al pan
caliente, no pude dejar de observar y perderme en los ojos claros de una mujer vestida de mapuche que entrega el
pan recién salido de un horno de tarro,
tomas mi mano y seguimos el camino en busca de mi mochila.......Me
sentía tan bien, muy bien como nunca me he sentido
Despierto
con una grata sensación amorosa, espero que esto sea signo de una
reconciliación con el amor y la figura masculina, asumiendo que en este andar
he desvirtuado. Quiero reivindicar en mi vida lo amoroso en reciprocidad, no
como un acto fisiológico de supervivencia. Deseo que lleguen a mi vida actos de
compañerismo confianza y prosperidad, los que se puedan complementar con lo
humanamente primitivo que somos.
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