Conversando desde la
Amistad(152)
Nicomedes Guzmán
Pablo Vásquez, hijo de Nicomedes
Guzmán, nos envía el texto siguiente, a propósito de los cien años de
escritor, a celebrarse en junio del próximo año
Empiezo a integrar en mi repertorio la
anécdota sobre la pájara en
la jaula que sale al final del
texto…..
25 de junio de 2014: 100 años del nacimiento de Nicomedes Guzmán
Nicomedes Guzmán, nacido en Santiago el 25 de junio
de 1914, es uno de los miembros más destacados de la Generación del 38, de extracción
proletaria, cuya niñez y adolescencia transcurre inmerso en el mundo del
trabajo y de la lucha social organizada que ocurre en su entorno directo
familiar. Vive y participa activamente tanto en la acción cívica como de la
creación literaria. Su literatura destaca los aspectos sociales que con el
naturalismo habían ingresado en la literatura universal, siempre con la mirada
interior de la vida del conventillo, en los suburbios de Santiago, de la
primera mitad del siglo XX.
Uno de los valores fundamentales de esta
generación. Destaca en la obra de Nicomedes Guzmán, la elección de los temas
vivos en su momento histórico y de la vida nacional de la época; se relata la injusticia social, la explotación, la
vida miserable de los suburbios, el impacto de la pobreza y la corrupción en el
poder, sin perjuicio de la integridad, solidaridad y ternura inherente a la
calidad humana.
Su obra, que abarca tanto la novela y el relato
como la crítica, cuenta entre sus títulos más importantes Los Hombres Oscuros (1939),
La Sangre y la Esperanza (1943), La Luz Viene del Mar (1951) y Una Moneda al
Río y Otros Cuentos (1954). Su producción literaria indaga en la miseria de las
zonas suburbanas y se puede leer como una profunda reflexión socio
histórico sobre la injusticia social.
Su novela capital, La Sangre y la Esperanza,
situada históricamente en el conflicto de la huelga de los tranviarios de la
década de 1930, es una panorámica de una variada tipología social. Su contacto
directo con la miseria despertó una gran rebeldía y un genuino anhelo de
justicia; hizo que su narrativa profundizara, además, en la sicología de los
personajes, para buscar así las raíces de sus amores, odios, sentimientos y conductas. Escritor inaugural
de una nueva visión de la marginalidad, reviste el mundo narrado bajo un prisma
de esperanza y redención histórica.
Su obra, desde su primer libro de poesías, La
Ceniza y el Sueño (1938), hasta sus novelas más importantes, intenta explorar
desde una perspectiva social activa y metafórica, a la vez, las causas y
consecuencias de la jerarquización desigual en la sociedad capitalista.
En su vasta trayectoria, Nicomedes Guzmán tuvo en
cuenta afianzar tradiciones, reconocer a Chile en sus hombres y lugares, y
buscó abrir nuevos surcos
profesionales, impulsando y promoviendo el trabajo de escritores inéditos,
divulgando y enriqueciendo lo nacional, creando nuevas colecciones, hizo
antologías y usó tribunas
gremiales, de prensa y
universitarias. Murió el 26 de junio de 1964, inmediatamente luego de celebrar
su cumpleaños 50.
Guzmán, escritor y periodista de
origen proletario, es reconocido como el más genuino exponente de la
generación del 38, a pesar de morir tan joven, alcanzó a legar una vasta obra
literaria caracterizada por el rescate de los valores de la familia proletaria
y sus luchas de la primera mitad del siglo 20 ambientada en los suburbios de
Santiago, barrio Mapocho. Fue un promotor excepcional de la literatura chilena
en general y de los nuevos autores en especial, incluyéndolos en dos colecciones
de cuentos y en vriadas notas bibliográficas en revistas, diarios y talleres
literarios, en municipalidades y universidades del país. En 1944 obtiene
el Premio Municipal de Santiago (novela), por su obra “La Sangre y
la Esperanza”. y en 1963 recibió el Premio Nacional del Pueblo otorgado por la
Municipalidad de San Miguel en su género novela. Era serio candidato al Premio
Nacional de Literatura cuando murió en 1964.
Asumido el Gobierno Popular en 1970, su obra La
Sangre y la Esperanza fue el primer novelista editado por la Editorial
Quimantú, y en tres partidas la edición sumó un tiraje total cercano a los
100000 ejemplares. Fue sacado del listado de autores a integrar en la enseñanza
media de Castellano por la dictadura.
El legado valórico de la obra de Nicomedes Guzmán se pone de
actualidad y se ve fortalecido e irradiado con fuerza a las nuevas
generaciones que se incorporan en el ascenso de la lucha y ansias de soberanía
popular, rescata la novela social en la memoria y realidad colectiva, donde el
hombre y la familia corriente funde todo su devenir en ell movimiento social,
con el entorno de lucha por el bienestar material, con su interior, sus
valores, su ternura y sus amores, altamente sensible tanto por sí mismo como
con los otros, tanto en la realidad de los barrios pobres de Santiago y las
ciudades del país, como en sus alrededores del campo y el litoral.
Sus dos novelas “La Sangre y la Esperanza” y "Los Hombres
Obscuros" y su crónicas
“Estampas Populares de Chile”, editados actualmente son testimonio de que lo genuinamente popular es reconocido, está vivo
en cada rincón del país y la
literatura social que testimonia sigue deambulando en plazas y barrios; la
ternura de aquel que se gasta el único billete que tiene en comprar un pájaro
en su jaula sólo para luego abrirla y verlo volar, todavía nos emociona y dice
que la literatura nicomedeana está tan viva como necesaria lo es.
LIBERTAD NICOMEDIANA
Nicomedes Guzmán fue un demócrata y libertario cabal y amante conmovedor
de la libertad del hombre o de cualquier ser viviente. Nicomedes compró un día
– pese a las protestas de mi madre, porque estaba gastando el dinero de la
comida- una jaula con una “pájara canora”, según el pregón comercial del
vendedor callejero. Una vez que la transacción se concretó, Nicomedes liberó el
avecilla ante la mirada atónita del comerciante y de algunos transeúntes de la
vieja Alameda. Y luego, dirigiéndose al negociante, le dijo con un dejo de
dureza: “Parece que usted, mi amigo, no tiene idea de lo que es libertad. Tome
su jaula. Si puede, métase adentro y me entenderá”.
PABLO NERUDA, prólogo a “La Ceniza y
el Sueño” (poemas) de Nicomedes Guzmán
Cuando Nicomedes Guzmán, descargó sus libros tremendos, la balanza se
vino abajo, porque nunca recibió un saco tan verdadero. No era un costal de
joyas. La verdad pesaba como una piedra. Los dolores llenaban aquellos libros
andrajosos y deslumbradores, que se nos echaban a la conciencia.
Pero siempre en Guzmán existió la ventana submarina y ninguna desdicha encarceló su espacioso corazón. Por la ventana labrada en sin par esmeralda entraron en él inabarcables sueños, y hoy este pequeño volumen de versos reaparece con los adolescentes tesoros.
Con placer represento estas líneas fugaces, más tiernas que el pan
purísimo, suaves como el joven vino.
Su susurrante dulzura pareciera no convivir con las cicatrices que nos
imprimió “La Sangre y la Esperanza”, pero es signo de la grandeza que el
escritor que nos develara el infierno de las calles de Chile tenga otro sello
de errante desvarío, sueños y cenizas que le agregan la infinita dimensión de
la poesía.
No hay unidad del hombre y la vida sin que se hagan presentes la
realidad y el sortilegio. Por eso este librillo olvidado por su autor lo
identifica una vez más como escritor victorioso: una vez por la conciencia
inapelable y otra por los sueños irrenunciables.
Isla Negra Septiembre de 1959
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