Conversando desde la Amistad(108)
Preguntas
¿Quién soy?
Iris Leal envía este texto, desde Pucón
QUIEN
SOY
Abro
los ojos en un día cualquiera, el primer día le llamaré, pues lo he tomado de
esta mañana para darle una acogida distinta, distinguida. Entonces abro los
ojos, me quedo mirando sin ver el mundo, aún traigo residuos de sueño, de
pensamientos flotantes en realidades que solo se tocan con el cuerpo ligero.
Estiro mis brazos y pongo tiesas mis piernas, como flechas que apuntan un un
objetivo. Al levantarme todo mi yo se hace uno. ¿Me dispongo a sentir cada paso
en textura, en aroma, en presagio? Va la rutina prendiéndose a este día, que es
el primero, pues nada hay que pueda llevarme al ayer o pestañear y aparecer en
el futuro sin haber transitado por hoy. Luego decido detenerme y observar. ¿Qué
hay delante mío? ¿Qué es lo que me rodea? ¿Escucho vida por doquier? ¿Hay una
voz consciente de sí misma en mi interior? Me siento y mis labios se posan sin
tensión. Miro, miro con los párpados tranquilos. Cierro los ojos y todo
desaparece y lo vuelvo a crear con algo que llamo imaginación y recuerdo. Dos
sustancias vaporosas que tienen una fuerza al unirse que me sorprende. Sigo
despierta sin abrir los ojos y penetro en eso que veo dentro mío. Puedo
incluso hacer del recuerdo una fantasía y viajar a lugares que voy creando a
instantes. Presente, pasado, futuro tienen otra línea de tiempo, otro plano
donde enredarse. Abro los ojos y lo que había dejado persiste, aunque si miro
detalladamente veo cambios finos, sutiles.
Me
llaman para mis servicios y comienzo en parte aprendido, en parte espontáneo el
levantar a Irmita. Van todos los quehaceres llevándome en esto que llamo mi
vida. Ahora que lo escribo logro sentir algo de lo que soy. ¿Quién soy? Soy
cada cosa que me sucede en cada momento y cada nuevo impulso que nace o se
renueva desde mi cuerpo, este que me deja escribir, leer, oler, sentir, pensar,
todo. ¿Quién soy? El espejo me podría dar pistas, pero su reflejo es distinto
al lado en que yo toco realmente. La historia me ayuda a descifrarme como
hombre. Mi biografía como mujer con nombre. Mi entorno y mis relaciones como
guía en la tierra y mis decisiones como objetivos de algo que traigo
íntimamente en el pecho. La poesía aflora, aflora cuando se dejan las resistencias
y se comprende de la entrega. Sabiendo que su quemadura dolerá. ¿Quién soy yo
para negarme a mí misma alegría o dolor? Desde este espacio tangible con el
latido escucho y las letras comienzan a dar forma...
“Soy
como la madreselva que perfuma la mañana y canta en pétalos su levantar de
enredadera.
Soy
como la noche que esconde la luz y sin embargo sobre ella se entregan astros
que solo la visión y el pálpito pueden alcanzar iluminados.
Soy
el vuelo de la mariposa que tan suave posó sobre la rosa silvestre su vida,
acariciadora de aire.
Soy
la tierra granulada del desierto llamando al rocío con su polvorienta voz.
Soy
el lago en todas sus formidables olas, en las que rozan el cielo y las que
reflejan lo eterno.
Soy
en los ojos del otro la que toma su propia mano hasta que secando la lágrima
puede por fin ver y dejar la narcisa forma romperse, por amor.
Soy
el ángel que desciende en cada crepúsculo y recoge de mi corazón lo que puedo y
le beso siempre en su mejilla azul y la harina de lo que llamo cariño le hace
sonreír y es su alegría miel de sabores intensos y maravillosos. Canta y toca
sus cuerdas de fuego dorado.
Soy
incluso cuando el sufrimiento expande su manto y la esperanza debilita lo que
creo ver. Soy ese día opresivo y doloroso, lo soy.
Soy
entera mundo y persona, ser.
Hoy
soy un pedazo de lo que creo dentro de la imaginación, un pedazo consciente que
habita la tierra, un pedazo vivo que necesita del otro para completar el
misterio del amor y tocar el milagro de la vida.
¿Quién
soy? Somos, somos un camino humilde hacia el conocimiento que aprende
lentamente a perdonar y a tomar la mano del otro en paz.
Iris
Leal
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