martes, 1 de enero de 2013

Conversando desde la Amistad(47)


Conversando desde la Amistad (47)


 Una revista azul

Revista Botella del Náufrago N° 20, diciembre del 2012, Casa Azul, Valparaíso, Chile


Sin fin de mundo

A medida que el año muestra sus últimas hilachas, con una nueva matanza escolar a que nos tiene acostumbrado el gran país del norte. Ese gigante al que nos sentimos tan cercanos gracias a las cifras macroeconómicas en que todos los sectores institucionales concuerdan: el país funciona y nos comparamos a Perú y Bolivia, a España (que ahora va cuesta abajo en la rodada), o cualquier otro que se ponga por delante. La verdad, pienso, es que ante los grados de frustración, depresión y endeudamiento que revelan los indicadores de desarrollo humano para Chile, con una taza de suicidios juveniles entre los más altos del mundo, lo único que está parando una epidemia de tiroteos similar al de Estados Unidos, paradójicamente, es la ley de control de armas, legado de la dictadura que impuso el sistema económico importado desde Chicago.

Por eso, se hace más urgente ocupar el espacio cultural, para criticar la mercantilización de la vida en todos sus aspectos, especialmente culturales, que conlleva la falta de calidad de vida, el vaciamiento de un sujeto pensante, auténtico y creativo. Si algo hemos hecho este año, es emprender un proceso de autorreflexión sobre qué somos como grupo, cuáles son nuestros principios y cómo difundimos el ideario de Casa Azul, incorporando nuevos integrantes que puedan aportar y recibir. Dentro de este proceso se articula la producción de videos de lecturas y entrevistas en el cual nos vimos interpelados sorpresivamente por las personas que invitamos a participar en su gestión por los grados diametralmente opuestos de comprensión que mostraron con el proyecto, fenómeno que a nuestro entender tiene que ver con una postura ética (o la carencia de ella) que aprecia la importancia de la cultura para el desarrollo libertario de la persona humana; sobre todo cuando campea la noción de cultura como bien de consumo, cuya rentabilidad puede apoyar la sobrevivencia del artista/productor. La cultura como producto de mercado ha sido el común denominador de casi toda la producción cultural en Chile que goza de algún tipo de difusión masiva. Pero lo que no se entiende, es que cultura involucra un bien simbólico, intangible que va mucho más allá, porque tiene la capacidad de transformar, modificar y acelerar las dinámicas de liberación individual y colectiva. La convicción se clarifica, no somos parte de la llamada industria cultural ni queremos serlo. Nuestra revista se interesa por los procesos de creatividad y la profundización del conocimiento, de la crítica y la autocrítica. Este es el sello que buscamos en las contribuciones que nos llegan de diversas partes del mundo.

En nuestra continua búsqueda por llevar adelante este proyecto hasta los límites que nos proponen la fusión entre el arte, el diseño y el texto, Botella del Náufrago presenta su nueva piel con la esperanza de alcanzar una dialéctica entre contenido y forma, una consecuencia que se nutre de lo experimental y de la continua reflexión sobre el quehacer del ser humano en la experiencia del mundo en sus aristas estéticas, políticas y éticas.

Ojalá fuera el fin de este Mal País y naciera otro mundo. Pero no seamos ilusos, falta mucho para tener educación y salud gratuita, laica y de calidad. Falta mucho para tener un país crítico del neoliberalismo y no discriminatorio. Mientras tanto que los pintores retuerzan sus formas, los filósofos no se dejen acallar por la Academia, los músicos mezclen y experimenten otros sonidos y sobre todo que los poetas hagan gemir sus textos.


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