Conversando sobre la Amistad (358)
La confianza lúcida en la amistad lleva a una conciencia crítica sobre la enemistad.
Dijo Plutarco que la enemistad es un preceptor que no nos cuesta nada. Es cierto que se aprende de la ponderación, de la integración de los factores que llevan a la
enemistad, pero está claro que tanto el recibir como el proyectar
enemistad nos
disminuye, nos enferma, no es una mochila fácil de llevar.
El
tema es convertir la enemistad es
fuente de conocimiento del ser humano, del otro, de nosotros mismos, acortando
las distancias entre quienes
creemos ser y lo que somos
y entre lo que somos y lo que
queremos ser.
Tal vez, una primera orientación la da Albert Camus cuando
afirma que no hay un
adversario absoluto. No puede serlo, porque todos estamos aquí, en la
existencia, en el mundo
Parapetados
en prejuicios, no nos abrimos a la
diversidad, limitados por una cultura individualista, competitiva, no utilizamos nuestra creatividad para el desarrollo de vínculos que trasciendan las
percepciones equivocadas o presuntamente equivo- cadas de los otros. En la cultura hegemónica, el arte de profundizar la amistad y prevenir los prejuicios y
enemistades no entra en la educación, ni en los medios de comunicación.
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