Conversando sobre la Amistad (217)
Las amistades fracasadas y las falsas amistades
La amistad
profunda corre el riesgo de querer llegar a la perfección, al absoluto, de
confundirse con la simbiosis , con la dependencia o el enamoramiento, de volar al sol reeditando a Ícaro y caer al mar de la depresión, derretidas las alas, desdibujados los límites de
las individualidades.
A ese respecto, son muy interesantes ,
son materia de meditación, las
consideraciones que hace Ignacio Lepp en los párrafos finales de su
libro “Psicoanálisis de la amistad”
“No es
posible sentar como tesis que todas las
Amistades que, por una razón o por otra, han
fracasado o
concluido,
fuesen falsas amistades. En esto como
en todas las cosas, no hay que perder nunca de vista
que todo lo humano es
frágil, más o menos frágil
según los individuos y las
situaciones. Hasta sería
peligroso formarse de la
amistad una idea
inhumanamente elevada. En efecto, muchos no se
atreverían
entonces a entablar amistades y
renunciarían así a una de las más profundas
fuentes de felicidad de la vida. Por
otra parte, aun
en las amistades más logradas, queda
siempre un
dejo de insatisfacción. Querríamos compartirlo todo
con nuestros amigos, no
guardar nada para
nosotros solos. Ahora bien, la
experiencia
demuestra que
todo ser humano posee un núcleo
central tan íntimo, que es prácticamente
incomunicable. De ahí que, incluso en las más
hermosas
amistades, haya un sentimiento más o
menos confuso de que no somos queridos y
comprendidos en forma total, de que nosotros
mismos no queremos y
comprendemos a nuestros
amigos
"a fondo". Pese a todo, no obstante sus
imperfecciones
y limitaciones, la amistad representa
uno de los bienes más preciosos
de la condición
humana. Lejos de dejarnos inhibir por
sus
imperfecciones y limitaciones, merece
ciertamente
la pena que nos comprometamos en ella
valerosamente. “
No hay comentarios:
Publicar un comentario