domingo, 3 de octubre de 2010

Una muerte propia

Me lo contó un amigo.
Su bisabuelo   había cumplido 105 años. Advirtió que no  había ningún conocido suyo en los avisos mortuorios. Se vistió con su mejor traje. Se tendió en la  cama. Murió
¿ Fue  el morir de la propia muerte de que hablaba Rilke?

1 comentario:

  1. Dije en anterior entrada: Quien ha logrado vivir 105 años, ha de haber sido, sin duda, un hombre que supo hacerlo. Se preparó adecuadamente pues tuvo amigos a quienes despidió y de ellos aprendió a despedirse; sin drama, en la aceptación natural de que vivimos para morir... es la parte final de un largo recorrido (en este caso)y, o, de un abrupto final. Quién sabe interpretar las señales, los guiños, que el final entrega, se despedirá sabiendo que da un paso más, como la mayoría de los que damos en la vida...no sabiendo con certeza a dónde nos conducen ellos en definitiva, pero, queriendo saber, queriendo penetrar el misterio...lo que hay más allá...conocer, querer conocer transforma el temor en un estímulo más que la vida entrega.

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